Sanos y salvos, a bordo de la patrullera Río Caudal de la Guardia Civil. Así llegaban en la tarde de este viernes a Ceuta los tres componentes del Servicio Marítimo que cayeron al agua después de ser embestidos por una narcolancha, en plena persecución. Los cuatro narcos terminaron rescatándolos ante las advertencias efectuadas desde un helicóptero de la Benemérita, de no haber cumplido con la obligación de socorro su periplo delictivo, ahora reducido a un tráfico de drogas, se habría complicado mucho más.
En la base del Marítimo les esperaban otros compañeros, viviéndose escenas de abrazos y ánimos a los agentes cuyas vidas pudieron haber corrido serio peligro. La embarcación dañada, una semirrígida del Cuerpo, quedó en la base para su reparación después de sufrir daños en un lateral, fruto del choque con la narcolancha.
La historia que terminaba sin heridos comenzaba por la mañana, cuando componentes del Marítimo detectaban los movimientos sospechosos de una planeadora de las empleadas para el tráfico de drogas a gran escala. Los agentes, que se encontraban de servicio, intentaron abortar el pase, a lo que los narcos respondieron iniciando una huida que terminó con el choque en el mar, frente a las costas de la localidad de Mijas (Málaga). En plena huida los ocupantes de la lancha, cuatro personas, se afanaban en deshacerse de la droga, arrojando hasta 80 fardos al mar, con un peso de 3.000 kilos.
Mientras el Marítimo perseguía por mar, desde el aire contaba con el apoyo del helicóptero de la Unidad aérea de Málaga, que fue activado. Durante la persecución ambas embarcaciones colisionaron, cayendo al agua los tres guardias civiles y quedando la embarcación oficial girando sin control con el consiguiente riesgo para los agentes.
La tripulación del helicóptero, al percatarse del inminente peligro para los efectivos del Instituto Armado, requirió por megafonía a los ocupantes de la narcolancha que los apoyasen, lo que les llevó a tener que detenerse y rescatar del agua a los tres agentes. Las advertencias fueron serias: el riesgo para ellos, que ya tenían todo perdido, iba a ser mayor.
Los cuatro narcos quedaron detenidos por un delito de tráfico de drogas, pudiendo recuperarse 3.000 kilos de hachís. Los agentes fueron trasladados a base peninsular para ser examinados y prestar declaración para la elaboración del atestado sobre los hechos acontecidos. Después, a primera hora de la tarde, podían regresar a Ceuta para reunirse con los compañeros que habían recibido ya noticias de lo que estaba sucediendo.
La guerra del hachís en la ruta del Estrecho no cesa. Las narcolanchas intentan sacar la mayor cantidad de mercancía y combinan este tipo de delitos con el tráfico de personas. La Guardia Civil apura en las persecuciones para evitar que estos pases puedan fructificar, produciéndose riesgos como los registrados que podían haber causados males mayores a los efectivos de la Unidad Provincial alertados en este servicio.
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