La principal hipótesis sobre la causa del incendio que ha afectado al camino de Ronda e inmediaciones se centra en unos menores que fueron vistos detrás de una cría de pavana, a la que querían prender fuego mientras su madre buscaba protegerla. Los vecinos que vieron este situación lo comunicaron, dieron traslado de lo que supone un auténtica salvajada que no debe quedar en la mera condena en redes sociales o en la oportuna indignación por lo sucedido. Es gravísimo lo que ha ocurrido como sus consecuencias. Y esto debe ser perseguido y tener su oportuno correctivo orientado a cambiar un comportamiento ya preocupante.
No sorprende lo que ha pasado. Y no sorprende porque llevamos años informando de casos de auténtica brutalidad contra los animales que no motivan la sanción oportuna. Aquí hemos denunciado cómo menores y no tan menores incurren en maltratos que deberían ser perseguidos. Han aparecido gatos quemados y torturados, cuerpos de perros dentro de bolsas arrojadas al mar, matanzas en colonias y camadas por puro placer... Y esto lo hacen grupos de menores pero también otros no tan menores. Sale en los medios pero nada se hace porque ni hay sanción acorde con la gravedad ni se investiga como se debe este tipo de situaciones.
Las asociaciones están cansadas de denunciar lo que pasa, de publicar con fotografías la destrucción de colonias por puro placer o de exponer imágenes de animales víctimas de golpes y de falta de atención. Así, tal cual. Y no pasa nada.
Necesitamos mejorar la conciencia colectiva para que niñatos no transformen en ¿travesura? atacar a los animales. La educación de esos menores demuestra no ser la adecuada cuando pretendían quemar una cría de pavana además en una zona que está especialmente protegida por la presencia de nidos en las inmediaciones. Nidos que también han registrado ataques así como muertes de pavanas porque la sociedad no acepta los comportamientos que tienen en periodo de crianza para proteger sus nidos. Somos así, resolvemos todo con la violencia hasta cargarnos la naturaleza. Si esta salvajada queda solo en un bufido en redes sociales, sin una mínima investigación, nos convertiremos en colaboradores de este tipo de prácticas salvajes que no deberían ser pasadas por alto nunca.
Pero no tiene la Ciudad un departamento de Educación Ambiental? Y qué es lo que hacen? No enseñan in situ que hay especies y zonas protegidas en la ciudad? Y los responsables de Medio Ambiente a qué están esperando para hacer algo?