Este viernes se pondrá en escena en al Teatro Auditorio del Revellín de Ceuta ‘Praga 1941. Jóvenes rubios no paran de gritar frente a mi casa’, una obra escrita por Paco Gámez a partir de los diarios de Petr Ginz y dirigida por José Luis Arellano.
La primera sesión será en horario de mañana, a las 11.00 horas, y estará dirigida al público juvenil. Ya por la tarde, a las 20.00 horas, estará abierto a todo el público.
Fernando Sainz de la Maza, único actor que protagoniza la función, nos ofrece más detalles de la presentación en esta entrevista.
¿Qué narra la historia de ‘Praga 1941’?
Narra los diarios de Petr Ginz encuadrados en el año 1941 y 1942, que fue, más concretamente, cuando se produjo la invasión nazi en Checoslovaquia. Lo narra desde una perspectiva adolescente, una perspectiva inocente, de cómo sin motivo alguno la gente judía fue perdiendo los derechos y las libertades.
"Nosotros tenemos la responsabilidad de que esta historia siga viva a día de hoy y sirva de algo"
¿Quién era Petr Ginz?
Los diarios se encontraron a raíz del accidente del Columbia, del transformador espacial en 2003, y a partir de ese descubrimiento pudo salir a la luz quién era Petr Ginz. Se trataba de un niño, un adolescente como cualquiera, que tenía una vida cómoda y tranquila y sin más, se vio sumido en unas circunstancias no muy agradables. Y eso es lo que cuenta la obra, la historia y lo que queremos transmitir en este montaje teatral.
Una historia muy real.
Sí, Paco Gámez hizo la dramaturgia a raíz de los diarios. En la obra podemos ver varios personajes pero fundamentalmente dos, dos adolescentes. Uno es Petr Ginz y el otro Daniel, que forma parte del imaginario de Paco Gámez.
A partir de esta invención de Gámez y toda la historia de Petr Ginz, que se extrae prácticamente de manera literal de sus diarios, hizo una dramaturgia para que se gestera un diálogo entre el presente y el pasado reciente.
"Es importante tener un concepto global de la historia para no repetir errores que ya se cometieron”
¿Qué sintió cuando le propusieron este proyecto?
Como actor, interpretar un personaje como Petr Ginz y estar en un montaje en el que te pones en la piel de un niño como él e interpretas a múltiples personajes, como su hermana ya con 90 años, para mí ha sido un privilegio y una oportunidad.
Respecto a la manera de afrontar el personaje y la historia a nivel global, considero que había que hacerlo desde un respeto máximo, lo hablamos el director y yo, y desde uno mismo. Se hace desde el respeto que merece contar la historia de Petr y también desde la responsabilidad que tenemos nosotros para que esta historia siga viva a día de hoy y sirva de algo.
¿Qué es lo que le resultó más complicado a la hora de hacer esta representación?
Para mí lo más complicado en esta obra como actor ha sido mantener la concentración en todo momento y no perder un poco de vista en lo que se quería contar. Es una hora en el escenario, en la que estás tú solo junto con el resto de compañeros de la parte técnico, pero si pasa cualquier cosa eres tú el principal responsable encima del escenario.
Entonces, quizás para mí lo más complicado ha sido eso, el ser consciente de que hay que tirar para adelante pase lo que pase y no perder la concentración para que la historia se transmita tal y como la queríamos contar desde un primer momento.
"Donde un actor se siente cómodo es en la piel de otros personajes, da igual el ámbito”
Ya que nombra al director, José Luis Arellano, ¿cómo es trabajar con él?
Para mí es una suerte. Fue la primera persona que confió en mí en el ámbito profesional. Debuté con 21 años con la obra ‘El señor de las moscas’ y reencontrarme con él después de seis o siete años ha sido muy bonito. También ver como los dos hemos evolucionado y siguiendo el mismo camino: El amor que tenemos por esta profesión y por el teatro y la confianza que tenemos en contar historias que puedan servir como motor de cambio en la sociedad.
¿Cómo fueron sus inicios en el mundo de la interpretación?
Desde pequeño estuve bastante interesado en la interpretación y en hacer actividades del ámbito artístico. Ya en secundaria me apunté a una escuela de teatro y a medida que fui madurando y creciendo como persona me di cuenta también de lo que significa una profesión como esta. Es decir, no es oro todo lo que reluce, por así decirlo, si no que también es necesario un sacrificio, un trabajo y una constancia para conseguir poder vivir de esto.
"En un teatro se pueden contar muchísimas historias atractivas para los adolescentes”
Teatro, televisión, largometrajes... ¿Dónde se siente más cómodo?
Para mí me es un poco igual, donde más cómodo me siento es trabajando, de igual que sea frente a una cámara o encima de un escenario. Al final donde un actor o un intérprete se siente cómodo es en la piel de otros personajes, da igual el ámbito.
Volviendo a ‘Praga 1941’, ¿por qué no deberían perdérsela?
Porque creo que es importante tener un concepto global de la historia para, como seres humanos que somos, y no repetir errores que ya se cometieron en el pasado.
Algo más que nos quiera añadir.
Os esperamos a todos en el Teatro Auditorio del Revellín y que ojalá que podáis emocionaros y disfrutar esta historia y después compartir impresiones con nosotros.
El proyecto de ‘La Joven’ se vincula con un acercamiento del teatro a los jóvenes, a generar nuevos públicos y hacerles entender que en un teatro se pueden contar muchísimas historias atractivas para los adolescentes.