Más de un millón de cables marinos y de alta mar se encuentran bajo la superficie del agua a nivel mundial, desde el medio de alta mar hasta las costas de cualquier continente.
Estos cables son los encargados de conectar al mundo, circulando en ellos el 90% de las comunicaciones, ya sea internet, llamadas, transmisiones y mensajes.
Los cables marinos y de alta mar han logrado reemplazar al satélite gracias al avance de la fibra óptica que permite el paso de enormes cantidades de información y datos en cortos periodos de tiempo. En otras palabras, ayudan a que la información atraviese el mar rápidamente, mientras que los satélites tardan más tiempo para transmitir la información, entendiendo que esta debe subir miles de kilómetros hacia el satélite y luego bajar al punto de recepción, sin atravesar el alta mar de manera directa como sí lo hacen los cables marinos.
El primer cable marino se remonta a la segunda mitad del siglo XIX con el intento de mejorar las comunicaciones por el Canal de la Mancha entre Francia y Reino Unido. Sin embargo, un par de décadas más tarde se logró exitosamente la colocación de un cable entre Canadá e Irlanda mejorando las comunicaciones entre Reino Unido y Estados Unidos, reduciendo a horas la capacidad de recepción de información, que anteriormente eran meses. Actualmente el cable más extenso comunica Europa, Asia y Oceanía con más de 39 mil kilómetros de distancia.
La colocación de los cables no ha cambiado drásticamente, como si lo han hechos los tipos de cables utilizados. Para colocarlos se realiza una intensa investigación de los lugares donde se colocarían desde la costa de un país pasando por alta mar y llegando a la costa del otro país, lo que podría durar un par de años; para luego con mucho cuidado ir desenrollando, dependiendo de la profundidad, si el cable es enterrado en caso de ser el mar poco profundo, o si simplemente es colocado en el suelo.
Aunque estos cables tenían un fin claramente gubernamental y eran para la comunicación entre estados, con el paso del tiempo y con el avance tecnológico casi todas las empresas de telecomunicaciones del mundo desde Netflix hasta Facebook los utilizan, buscando mejorar sus servicios. Este acelerado proceso de cableado marino ha permitido que compañías como Google, se encuentren invirtiendo millones de dólares en programas como FASTER que buscan conectar a todos los continentes con la mejor tecnología posible.
Son los altos costes el único inconveniente, entendiendo que atravesar el Atlántico con un cable de fibra óptica puede costar 300 millones de dólares sin tener en cuenta que se debe contratar a una empresa que se encargue del mantenimiento y reparación en caso de ser necesario para lo cual existen empresas como Ciena.
Dentro de poco tiempo, cables marinos y de alta mar que atraviesan el océano serán nuestra única manera de conexión. Los avances en esta área permiten transportar hasta 102 DVD de información en un segundo, superando con creces a los satélites, pudiendo unir a todos y cada uno de los países del mundo.