Suelen llevar no más de dos kilos de hachís. Sus cuerpos se convierten en el habitáculo perfecto. Portan la droga bien oculta en su interior o adosada pero el objetivo es el mismo: lograr su pase desde Ceuta o Tánger hasta el puerto de Algeciras.
La Guardia Civil lleva detenidas en estos últimos meses a 40 personas implicadas en un delito contra la salud pública. Este negocio que perdura en el tiempo no se detiene y supone el último eslabón de un negocio capaz de mover grandes cantidades por otras vías como su ocultación en vehículos o mediante narcolanchas.
Los guardias civiles pertenecientes a la Compañía Fiscal y de Fronteras de la Comandancia de Algeciras han ejecutado los arrestos, de los que ha dado cuenta el Instituto Armado.
Las actuaciones se realizaron tanto en el paso habilitado para personas procedentes de Tánger como en el de Ceuta, como resultado de la intensificación de los controles que la Guardia Civil viene realizando en los últimos meses.
El objetivo es claro: paliar el número de delitos de tráfico de drogas cometidos bajo el modus operandi de ingesta de sustancias estupefacientes en el interior del organismo.
Riesgo para la salud
“Este tipo de viajeros albergan cápsulas de sustancia estupefaciente similares en forma y tamaño a una bellota, de peso aproximado de 10 gramos. La cantidad ingerida por cada viajero suele estar entre 70 y 190”, explica la Comandancia de la Guardia Civil.
En este tipo de pases hay una clave a tener en cuenta: el riesgo para la salud de quienes ocultan dentro de sus cuerpos estas bellotas. Ya se han producido casos de ingresos hospitalarios o incluso muertes. Arriesgan la vida por obtener una cantidad comprometida por las redes que están detrás de este auténtico negocio.
El total de las sustancias estupefacientes intervenidas arroja un peso total de más de 70 kilogramos, con un valor oficial de aproximadamente 150.000 euros.
GRan trabajo. Es una pena que la Guardia Civil de Ceuta solo tenga a un guardia en la estación marítima. Y así es casi imposible hacer esto.