El debate está encima de la mesa: qué tipo de frontera se quiere y hasta dónde pueden aguantarse las presiones sociales o incluso políticas que puedan surgir. La Delegación del Gobierno en Ceuta acogía esta misma semana una reunión con presencia de Guardia Civil y Policía Nacional, entre otros, al objeto de aclarar qué medidas se aplicarán con la mercancía.
La cuestión tiene más importancia de lo que parece. Erradicadas las famosas avalanchas y supuestamente concretado el tipo de mercancía que se puede o no pasar se sigue incurriendo en incumplimientos.
El porteo a pequeña escala se hace pero de otra forma y se ejemplifica en viajes continuados de las mismas personas varias ocasiones en un mismo día. Se saca otro tipo de mercancía ajena a esas cargas a las espaldas y después en carros que ofrecieron años atrás no solo una imagen tercermundista del Tarajal sino que también ponían en riesgo a los porteadores.
Se produce así un suministro constante de la mercancía reclamada sin que pase registro ni se pueda decomisar.
A la inversa, de Marruecos a Ceuta, sigue entrando mercancía sin control, entre ella el pescado. Se han realizado intervenciones de este producto con aprehensiones cuyo peso evidenciaba que tenía como destino la venta al público sin haber pasado registro sanitario y cruzando un paso fronterizo que tiene vetado este tipo de operaciones.
Así fue desde que en 2020 Marruecos cortó ese tráfico sin previo aviso forzando a habilitar un canal legal de entrada de esa mercancía congelada desde la Península.
En enero de este año el delegado del Gobierno informaba a los medios de comunicación que volvería a pasar pescado por el Tarajal, secundando así las declaraciones que antes había hecho el líder socialista, Juan Gutiérrez.
Ni uno ni otro estaban en lo cierto. Casi un año después de esas promesas el pescado que cruza Tarajal es el que lo hace de contrabando previa comisión de una ilegalidad.
Obtener datos de cuánta mercancía de este tipo ha quedado intervenida hasta la fecha es imposible o, mejor dicho, no quiere ser facilitada de manera oficial por la Delegación del Gobierno cuya transparencia obligada al ciudadano queda en evidencia. Semanas después de solicitar datos oficiales no se han ofrecido.
El último mensaje que se reconoce es el trasladado por la Agencia Tributaria para que la Benemérita aplique a rajatabla la normativa en materia de Aduanas y régimen de viajeros, lo que supondría el decomiso de las mercancías y la aplicación de multas a quienes las intenten colar ocultándolas.
La clave está en el peso. Ya no existe posibilidad de retorno y si se superan los 10 kilos por ejemplo de verdura se deshace de esa mercancía. Si lo lleva escondido hay sanción y en el caso de personas con residencia en la Península o en países de la UE tendrá que hacer frente al pago en el puerto.
Las asociaciones empresariales denuncian que no se cumple con el régimen de viajeros y lamentan por su influencia en el lastre económico para Ceuta y Melilla que no se pueda sacar mercancía desde ambas ciudades a Marruecos, lo que lleva a la imposibilidad de fomentar las compras en negocios locales.
Se pierde el comprador de Tetuán por las medidas impositivas del visado y quien goza de esa posibilidad de tránsito no compra para no perder esas adquisiciones en la frontera.
Partidos como Ceuta Ya! o MDyC han sido críticos en sus exposiciones sobre el modelo de frontera actual. En el caso de la formación encabezada por Mohamed Mustafa tienen claro los efectos negativos de la petición del visado.
Las administraciones con responsabilidad no lo ven así y se aferran a mantener la misma hoja de ruta, teniendo el visto bueno de la Policía ya que posibilita mejores controles sobre la población que serán aún más estrictos con la puesta en marcha de la frontera inteligente.
Una de las claves está en la inmigración. ¿Pero funciona la medida al 100%? La aplicación del visado ha hecho descender la entrada por frontera de argelinos, marroquíes y sobre todo menores, pero ha generado una mayor fatalidad con el aumento de muertes asociadas a los cruces por el espigón.
De acuerdo con el último balance de Interior, de enero a 31 de octubre se produjeron 969 entradas por valla y bordeando la línea fronteriza, casi un 7% más que en 2022. En 15 días se han producido 101 entradas. Es decir, la medida de control no está evitando que sigan produciéndose pases y estos, además, son mucho más arriesgados.
Si bien las avalanchas pasaron a la historia no así la salida de mercancía hacia Marruecos con viajes continuados de las mismas personas.
Los comerciantes denuncian que no se permite la entrada en Marruecos de nada de lo comprado en Ceuta con el daño que esto hace a sus negocios, a la inversa entra mercancía incluso prohibida como sucede con el pescado. Delegación del Gobierno no ha facilitado datos de los decomisos a pesar de que debe haber actas de los mismos gestionadas por Aduanas. En enero tanto el PSOE como Delegación indicaron que el pescado volvería a entrar de forma legal por Tarajal pero no se ha cumplido.
A la defensa de la administración sobre el visado se enfrentan teorías como la de partidos políticos y evidencias como la entrada de inmigrantes ahora mucho más temeraria.
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