La Consejería de Servicios Sociales y el Centro Asesor de la Mujer continúan en su lucha por poner cada vez más mecanismos para luchar contra la violencia de género y evitar, a toda costa, que se perpetúe. Son varias las medidas que se han puesto en marcha, pero la que queremos destacar hoy es la necesaria atención e intervención psicológica y social sobre las adolescentes y los menores que sufren y están expuestos a la violencia de género y sobre los que hay que actuar si no deseamos que, como sociedad, se perpetúen círculos de violencia de género a raíz, por ejemplo, de repetición de patrones.
Una individualizada atención sobre estas víctimas, las que la sufren de adolescentes y los pequeños que la viven en casa es vital. Nadie queda indemne psicológicamente en uno u otro escenario y actuar sobre ellos siempre es una medida adecuada en la que el Centro Asesor de la Mujer pone su esfuerzo.
La atención psicológica a menores expuestos a esta violencia en casa y a las adolescentes que se ven involucradas en ellas a temprana edad es una intervención más que necesaria para paliar los daños psicológicos que hayan sufrido, curarlos en la medida de las posibilidades, y realizar una intervención y atención integral que los recupere del daño sufrido desarrollando terapias individuales y colectivas.
Hoy mismo se hacían públicas las cifras del programa VioGén relativas a víctimas de violencia de género. En Ceuta hay 263 casos activos de violencia de género, muchas de ellas son unidades familiares que tienen niños y algunos de estos casos son adolescentes que la sufren, por eso la prestación de estos servicios es más que necesaria, es imprescindible y conlleva actuar a tiempo para evitar la repetición de comportamientos así como aliviar el daño sufrido.
A pesar de que la violencia de género es uno de los temas que importan más a la sociedad contemporánea , los niños y niñas siguen siendo las víctimas muchas veces olvidadas en medio de esta compleja problemática.
A pesar de esta constatación, el camino a recorrer es aún largo. De hecho, si por un lado se reconoce unánimemente la existencia de daño sobre múltiples áreas de desarrollo de los menores que viven en un ambiente familiar pautado por la violencia, por otro, son escasas las respuestas que integran a los hijos e hijas de estas parejas en las intervenciones sobre violencia de género.
Por eso, cada medida debe ser, cuando menos, aplaudida.
El día que empecemos a llamar a las cosas por su nombre y dejen de existir intereses ocultos, es posible que desciendan los casos. Como recordatorio aquella denuncia en Barcelona y resulta que el presunto agresor estaba en Ceuta y de servicio, como así pudo demostrar