Ha vuelto a pasar. Y ha vuelto a evidenciarse la falta de seguridad que afecta al
puerto deportivo. En las últimas horas
han robado hasta en tres embarcaciones atracadas en este lugar de Ceuta y además han intentado llevárselas. Los dueños han sido informados esta mañana de lo sucedido, acudiendo hasta el lugar y haciendo acto de presencia la
Guardia Civil para reconocer las propiedades afectadas. La posterior investigación de lo ocurrido se le encomienda a la Policía Nacional por competencia. A los robos ahora sufridos se suman otros actos de puro vandalismo que han tenido lugar recientemente como han sido las quemas de un coche y una phantom además de la sustracción de motos de agua. En concreto, han dañado cerraduras de dos
embarcaciones de recreo y una semirrígida. Las han intentado manipular para no solo robar, sino también intentar llevárselas. Los implicados han huido.
El testimonio de un afectado, con la semicabinada dañada
Una de las víctimas de este asalto a embarcaciones ha concretado a El Faro de Ceuta, que los ladrones han intentado practicar un puente para llevarse la semicabinada. Sin embargo, ya sea porque no han podido o el movimiento de personas les ha ahuyentado, no han podido arrancarlo. Tal y como denuncia el propietario, esta embarcación semicabinada en la que han entrado los cacos ha quedado inservible y no podrá utilizarla hasta que determine la avería. Han causado un auténtico destrozo ya que, como lo describe, han sacado todos los cables en su intento por ponerlo en marcha sin éxito. Aunque todavía realiza el inventario de las pertenencias que han podido sustraer, el dueño del barco echa en falta dos carretes de pesca y un GPS. Asimismo, la cerradura se ha visto forzada para poder acceder al interior de la embarcación que se encuentra en el pantalán C. En el caso de otro de los afectados, acudía al lugar para poder comprobar los daños sufridos y lo que podrían haberse llevado. En los tres casos se ha pretendido la sustracción.
La seguridad en el puerto deportivo, en evidencia
Una reivindicación histórica de los ceutíes cuyas embarcaciones atracan en las instalaciones que gestiona Mahersa no es otra que contar con seguridad privada suficiente, precisamente para evitar este tipo de situaciones. En la actualidad los servicios de vigilancia están circunscritos a un periodo horario concreto, cuando los usuarios del puerto reclaman que se extienda durante más horas ya que los actos de vandalismo se están produciendo, precisamente, en momentos en los que no están los vigilantes de seguridad. En esta caso en concreto el vigilante al ver lo que estaba pasando salió corriendo pero los implicados huyeron. Los marineros no son vigilantes, por lo que no se les puede encomendar labores que en el fondo corresponden a otras categorías profesionales.
Esto tiene mucho que ver con las consecuencias y lagunas que se suscitan. Además los usuarios denuncian que hay descontrol en el lugar y reclaman que las cámaras de vigilancia estén operativas al 100%. De hecho lo que hayan podido recoger es clave para dar con los autores de estos daños. Lo grave es que no funcionen en su totalidad. Los robos de embarcaciones se llevan a cabo para intentar utilizarlas en la comisión de actos delictivos, como es el tráfico de personas o incluso de drogas. De hecho en intervenciones de las fuerzas de seguridad recientes, constan denuncias de robo de motos de agua intervenidas o recreativas.