El Centro de Buceo Burbujas de Ceuta, con la bombona a cuestas, partió de nuestra ciudad hasta la isla de la Graciosa en el archipiélago canario para conocer de primera mano las riquezas marinas que aguardan su costa.
Los buceadores ceutíes no es la primera vez que realizan esta excursión y cada vez que lo hacen quedan alucinados por las especies que encuentran. Lo mejor es que todo eso queda inmortalizado a través de las distintas fotografías que realizan.
Hay que destacar que la isla de la Graciosa aguarda la mayor reserva marina de toda Europa por lo que hay especies que no se ven en otra parte del mundo. Entre los animales marinos de los que más impresionados quedaron estuvo el un tiburón angelote.
Es una especie de tiburón de la familia Squatinidae (conocidos generalmente como tiburones ángel). Bien adaptado para el camuflaje en el fondo del mar, el angelote tiene una forma aplanada, con agrandamiento de la aleta pectoral y pélvica. Esta especie puede ser identificada por su cuerpo ancho y grueso, los barbos sin espinas presentes en los individuos más grandes y la coloración dorsal gris o marrón con marcas oscuras pequeñas y numerosas.
Una experiencia que a buen seguro no olvidarán y recordarán para siempre, además de que repetirán en otras ocasiones.
El descubrimiento de todo aquello que se esconde bajo las aguas es toda una aventura. El resultado, además de disfrutar de un día de playa y de un buen rato de buceo, supone una experiencia inolvidable.
El centro de Buceo y Burbujas de Ceuta cuenta con la autorización para la actividad de avistamiento y observación de cetáceos por parte del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto demográfico. Así, tienen permiso para salir con un embarcación en busca de delfines, tortugas… y otro tipo de excursiones o actividades que ofertan.