Hay quienes por cruzar fronteras arriesgan la vida. Bordear a nado el espigón supone enfrentarse directamente a la muerte, algo que no asusta a quienes miran hacia Ceuta como su única salvación.
En los dos últimos días, marcados por fuertes lluvias y frío, una decena de inmigrantes ha intentado llegar a la ciudad por mar. A esos intentos se han sumado otros aislados por la valla.
Son constantes, detrás de ellos hay historias de personas que buscan únicamente no ser vistos por las fuerzas de seguridad que tienen encomendada la vigilancia tanto en el lado español como en el marroquí.
Esta tarde, a duras penas, un joven logró llegar hasta el arenal en la zona del Tarajal. Allí le esperaba la Guardia Civil, vestía únicamente ropa de baño y a pesar del frío se mantuvo en el agua hasta llevar al extremo sus posibilidades de mantenerse a flote.
Tras las constantes indicaciones de los agentes, llegó a la arena en donde fue atendido por los efectivos del Instituto Armado.
Aumentan las denuncias de desaparecidos
Su llegada es coincidente con las cuantiosas denuncias de desaparecidos que se están produciendo. Historias de jóvenes cuyas pistas se difuminan en los intentos de pase a Ceuta a través del paso fronterizo del Tarajal.
Son buscados por sus familias, pero resulta complicado saber de su paradero toda vez que se pierde cualquier comunicación una vez dejan sus hogares.
En estos días se están repitiendo las denuncias de familias que claman por sus hijos y que intentan dar con ellos ayudándose de la publicación de estos casos en los medios de comunicación.
Lo peor de todo es la constatación de muertes como la del joven Marwan, vecino de Rincón, cuyo cuerpo fue localizado en Nador confirmándose, gracias a sus pertenencias, que se trataba de este veinteañero.