La Policía Local espera respuestas. Es tal la revolución que en estos momentos se vive en el Cuerpo que urge una claridad política en torno a todo lo que se está produciendo. Aparecen panfletos por los pasillos, se difunde la lista con los elegidos para perder pluses y la figura de Sorroche aparece cada vez más difuminada hasta el punto de que la propia Yolanda Bel pasa de él a la hora de dibujar su propio organigrama de la Policía Local. Ya empiezan a escucharse las amenazas de huelga a la japonesa y eso que esto no ha hecho más que empezar.
Policías a los que les queda nada y menos para jubilarse piden ahora un puesto en las patrullas y hasta quienes llevan años en la oficina solicitan ahora su ingreso en la UIR. Algo no cuadra, ni los sindicatos ayudan a que cuadre. Mientras CCOO se dedica a informar a su gente con hojas de avisos nada claras, UGT avanza intentando colocar una cabeza que frene la marcha y el descontento entre sus afiliados... De fondo, mientras, la imagen de la consejera hablando en los pasillos con un Pepe Mata que ya va poniendo fecha a sus apuestas quinielísticas entre los hombres de azul. ¿Quién manda en la Policía? A estas alturas todos menos Sorroche, está claro. Las presiones se cruzan y los intereses de unos y otros afloran en un Cuerpo que siempre ha avanzado manejado por intereses particulares y demasiadas guerras sucias.
El Gobierno está entretenido intentando sacar adelante su plan de sostenibilidad, lidiando con sindicatos por asuntos que quedan en la intimidad de las negociaciones pero que, me da, nada tienen que ver con lo que se nos está vendiendo después. Ya llegará el momento de hablar de la Policía Local, aunque la pregunta es: ¿lo harán con el mismo ímpetu que han puesto en dar a conocer los gastos por horas extraordinarias o los pagos que se llevan muchos por lo que hacen pocos? Lo dudo. El tiempo se encargará de aclarárnoslo.