La madrugada de ayer fue una jornada difícil para los efectivos del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento que acudieron a sofocar el incendio de dos vehículos en el Príncipe. Y es que no solo se enfrentaron a una dura jornada propia de las labores que normalmente ejercen, sino que además fueron víctimas de apedreamiento.
Los bomberos son servidores públicos que trabajan por el bien de los ciudadanos, que responden a emergencias y que cumplen una función fundamental en cualquier parte donde cumplen sus responsabilidades, es por ello que lo ocurrido no puede despertar otra cosa sino el rechazo a acciones violentas en contra de quienes lo único que buscan es hacer el bien.
Afortunadamente en esta oportunidad solo hay que lamentar daños materiales que tienen solución. El cristal de la ventanilla del conductor que estalló por el impacto de la piedra se puede reparar, no así si las consecuencias de este acto vandálico hubieran sido otras. Por ello hay que exigir respeto hacia los bomberos a la hora de cumplir con su importante labor, así como por los demás que han sufrido situaciones similares.