Chaimae Messari es una marroquí de 28 años residente desde hace tiempo en Ceuta, donde nació su hijo de tres años y donde pretende que nazca su segundo hijo en junio.
“El 11 de mayo he ido a la ginecóloga. Me ha visto el bebé que ya tiene la cabeza abajo y le conté que estoy sangrando últimamente y me ha dicho que es por el estrés y el agobio. Tengo que estar en reposo y tener mucho cuidado porque con el sangrado que estoy teniendo puedo perder al bebé”, contó emocionada a El Faro.
Viajó a Marruecos el mismo día que cerraron la frontera. “Se escuchaba que iban a cerrarla, pero no era nada exacto y tampoco habían informado a los ciudadanos de Ceuta o a las personas que trabajan aquí nada de que iban a cerrarla”, por lo que decidió visitar a una amiga que es como su hermana que se había operado recientemente y quería ir a verla.
“Tenía pensado dejar a mi hijo con mi madre en Ceuta porque iba a visitar a mi amiga y volvía enseguida porque estoy en los últimos meses de embarazo. Pero justo antes de salir, a mi madre la llamó su jefa y le dijo que no podía cogerse unos días porque le tocaba trabajar, así que me traje al niño conmigo”, comentó.
El mismo día que llegaron a la ciudad
marroquí de Río Martil a las doce de la noche se enteró de que habían cerrado la frontera con Ceuta. “Pensé que como mucho esto podía durar 2 o 3 días, pero que no era para definitivamente”, continuó Chaimae.
“Dicen que a los marroquíes que se quedaron en Ceuta los van a sacar, pero nadie habla de los ceutíes que estamos
atrapados en
Marruecos. Somos muchas las mujeres embarazadas que estamos en esta situación. Llamé al consulado y me dijeron que tenía que apuntarme para volver en el barco, pero si no tengo dinero ¿cómo voy a ir? Además, luego han dicho que es solo para gente que tiene vehículo”, relató Chaimae.
Por eso, por la salud de sus hijos y por la suya, Chaimae pide poder volver a Ceuta para reunirse con su familia. “No quiero tener a mi hijo aquí, mi situación es muy grave. Yo no vivo aquí, mi vida y mi familia toda está en Ceuta y me quiero volver. Si no lo hacen por mí que lo hagan por mi hijo, que es español y tiene su vida allí. Aquí no tenemos nada, si no fuera por mi familia que me está ayudando, me hubiera muerto de hambre”, lamentó la joven.