Dentro del rico catálogo español de adjetivos se puede elegir varios para definir lo sucedido la pasada noche en la frontera del Tarajal, que separa Ceuta de Marruecos. Pero ninguno podrá recoger con la auténtica fuerza los sentimientos de las personas que se convirtieron en víctimas de una repatriación frustrada. Marroquíes que llevan atrapados más de 70 días en una ciudad que no es la suya, algunos enfermos, otros cargados de hijos e incluso bebés. La cantidad de familias rotas a las que no se les da ninguna información clara es el más vivo ejemplo de cómo la humanidad se pierde en los despachos de la burocracia. Aberración e improvisación son dos palabras que se cuelan con acierto en una crónica narrada en un escenario en el que nada se hace lo bien que se debiera, en donde sobran las marionetas y se echa en falta una madurez en las relaciones entre España y Marruecos para que una repatriación histórica deje de ser un esperpento.
Antes de llegar a la crónica de la pasada noche hay que retrotraerse a la del viernes. Marruecos impone una lista con una relación de 300 personas. Han pasado más de 48 horas y todavía la Delegación del Gobierno en Ceuta es incapaz de decir de dónde han salido esos nombres, por qué a unos se les incluye y a otros no. Ese listado no lo ha facilitado la Policía Nacional, la competente en Extranjería, la que cada vez que ha subido al pabellón de La Libertad ha ido actualizando las listas con todas las personas que tenía reseñadas en Ceuta.
Ninguno de sus listados se ha tenido en cuenta, Marruecos impuso una relación de 300 nombres y España acató lo que dijeron las autoridades marroquíes, sin tener voz ni voto en la problemática que padece enquistada sobre todo en el pabellón de Varela ante la insistencia de la Ciudad Autónoma de que se vacíe e incluso la 'amenaza' de hacerlo por su cuenta. Pero de esas 300 personas, solo aparecen 190. Son las únicas que marchan a Marruecos. ¿Qué pasa con los demás?, ¿quiénes son y dónde se encuentran?, ¿por qué no aparecieron a la cita del 'Santa Amelia'?, ¿cómo es que había oenegés que tenían sus teléfonos y les llamaron cuando la propia Delegación dice que para hallar una explicación a esa lista hay que preguntar a Marruecos?, ¿lo sabe una oenegé y no lo saben en la plaza de los Reyes?, ¿se está permitiendo una discriminación en la selección cometida en nuestro territorio?
Marruecos manda y la lista se impone sin seguirse los criterios de la Policía ni sus listados. A primera hora de la tarde el vecino país no acepta a más compatriotas mientras decenas de personas bajan con maletas hacia la frontera, rompen a llorar pidiendo pasar. Se producen situaciones llamativas como una madre que cruza mientras su hija se queda en Ceuta con niños menores de edad.
Llega el fin de semana y el rumor de que es posible hacer otra repatriación cada vez se hace más fuerte ante la proximidad del final de Ramadán. La crónica de los hechos deja paso al reinado de la improvisación. Deprisa y corriendo se monta un operativo en pleno sábado, se moviliza a toda la Policía Nacional, a decenas de agentes, de nuevo a toda la Brigada de Extranjería.
La orden llega por sorpresa y en cuestión de minutos se alerta de que hay que sacar a más personas. Así se organiza la segunda repatriación, sin avisos previos: deprisa, como quién se entera de que hay rebajas en el centro. El pabellón de La Libertad comienza a ser un hervidero de personas que acuden con las maletas para ir, pensando que pueden cruzar. Desde el viernes por la noche hay marroquíes que no tienen casa, que están con sus bártulos de acá para allá esperando a novedades.
Esta vez el listado es de cien personas, haciendo las cuentas son las que faltaban de ese cupo de 300 pero no son las mismas. Delegación aporta una lista que no es hecha por la Policía en la que incluye a gente de los pabellones y otras de las casas, sobre todo las mal llamadas muchachas. Marruecos iba a aceptar ese listado, se prepara todo rápido en un momento extraño: no se ha roto aún el ayuno y está próxima la fecha de finalización del mes sagrado. Pero no es obstáculo, se pone todo en marcha.
En los pabellones, dijo Delegación, se busca a un cupo concreto de personas que sí iban a ser aceptadas: 55 en total, una manera de atender el requerimiento de la Ciudad y de frenar la obsesión por vaciar un albergue que se ha convertido en una olla a presión. El problema llega cuando varias de esas personas no se quieren ir, arrojan sus pasaportes y se niegan. No pueden ser detenidos puesto que no puede hacerse un expediente de expulsión con la frontera cerrada sobre el papel, pero abierta para los traslados.
Es entonces cuando se decide que otras personas que sí estaban en ese pabellón y querían irse puedan subir al autobús. Se supone que Marruecos iba a aceptarlos, tanto a esos nuevos del pabellón como a otras personas que se iban acercando con sus maletas, en una noche de improvisación y sin claridad informativa. No hay comunicados oficiales desde la plaza de los Reyes, solo mensajes de WhatsApp que llegan a unos periodistas sí, a otros no, se quedan preguntas sin contestar y llamadas no atendidas. Es como un 'sálvese quien pueda': la información no fluye con la claridad y transparencia para conocer qué está pasando.
La lista de cien es completada de aquella manera, pero contando con el beneplácito de los responsables de fronteras marroquíes. El famoso autobús que no llega a entrar siquiera en la frontera es rechazado porque, al parecer, Rabat dice que no, que no pasa ya a esa hora. Fuentes consultadas por este periódico niegan que haya un enfado de Marruecos, simplemente que se rechazó esa entrada a esa hora de la noche, pero que tras pasar los días de fiesta por la celebración del Ramadán volverá a hacerse más traslados. Las mismas fuentes insisten en que Ceuta no es como Melilla, aquí no se ha intentado colar a nadie que no se debía, ni argelinos, ni menores. Cualquier paso dado se ha hecho con el visto bueno a pie de frontera, pero el hecho es que tras montarse una operación a toda prisa, de 100 personas solo pasaron la mitad. Es un hecho objetivo que asoma teniendo como telón de fondo las manifestaciones de 'Residentes Ceuta' que ha insistido en estos días en el malestar del vecino país por los listados "vagos y confusos" remitidos desde la plaza de los Reyes.
En medio de todo esto quedan personas mayores, madres con niños, gente llorando, dramas en abundancia y una manera de proceder espantosa en la que no se han seguido criterios policiales y en la que está ante una Delegación no clara en sus movimientos y, sobre todo, una selección de listas que está dando pie a muchos rumores gravísimos sin confirmar. ¿Quién las ha hecho?, ¿quién se dedica a llamar a las personas para que acudan?, ¿por qué hay diferencias entre unos y otros si todos son marroquíes atrapados?, ¿por qué no se ha seguido un orden puramente policial ordenado según criterios objetivos?
La falta de una información oficial clara y transparente da pie a las filtraciones interesadas y tendenciosas que se van soltando a quienes quieren recibirlas. Nada queda claro, lo único que se sabe es que Marruecos tiene un hotel en Tamuda Beach para acoger a 300 personas y no se ha llegado a esa cifra. Habrá más salidas, quizá entonces sea cuando se nos explique cómo se está haciendo todo este proceso que, sin más datos, solo puede definirse de improvisado. Lo que está pasando en Ceuta podría tildarse de todo menos de repatriación.
Lo que tiene que hacer Ceuta es abrir las puertas de su frontera y se vaya esta gente a la puerta de Marruecos hasta que les dejen entrar en sus casas ..
Que no se hubiesen quedado en Ceuta ...prohibido pernoctar en la ciudad....antes de las 12 de la noche deberían estar en su país...ahora que se aguanten...a ver si les sirve a todos de escarmiento...aunque lo dudo porque son poco respetuosos con las leyes españolas...espero que en la frontera cuando la abran pongas más interés en controlar a estas personas...yo los multaria por no respetar las normas y sello negro en el pasaporte para que no entren durante 10 años.
Pibre gente. No hay nada peor que tu país te desprecie. Ya veo hordas de ONGs, feministas de pelo verde y comunistas manifestándose en la frontera a favor de esta gente y contra el tirano del rey de Marruecos.
La lista de Mohamed. Solo en cines (de Ceuta).
Marruecos es el inframundo. Desprecian a sus ciudadanos sin permitirles ir a sus casas con sus familias y teniendo todo el derecho del mundo a hacerlo. A ver si se enteran de una vez que esto no va de listas sino de personas. Menuda panda de borregos mandan en ese país. Pobres Marroquíes.
Este es el país europeo pretende la soberanía de Ceuta, un país Marruecos qué no respeta los derechos humanos, que abandona a sus nacionales. Hechos que deberían ser denunciados en la ONU y en la unión europea.
Acaso no hemos visto cientos y cientos de veces como el pirata de turno trincaba los billetes doblados?
Pues esto es mas de lo mismo, quien paga entra al cine.