Hoy es un día especialmente importante porque de la mayoría de los votos resultará el nuevo gobierno de España. Es la oportunidad que tenemos de reflejar cuál es nuestra opción para, después, ejercer la oportuna crítica.
De nada sirve lamentarse si uno opta por quedarse en el sofá, o en esta ocasión en la playa, sin coparticipar en lo que llaman la fiesta de la democracia acudiendo a las urnas. Uno tiene capacidad e incluso derecho a la crítica si al menos ha hecho el esfuerzo de depositar en la opción que considera mejor.
Nos jugamos mucho, tanto como el color del gobierno para los próximos 4 años. Nos jugamos la proyección política que va a haber y el tipo de política que se va a estilar.
Esta noche sabremos quién gana pero si no hemos cooperado en el resultado de nada servirá que luego nos convirtamos en la voz protestona.
La política se hace a base de presión popular, a base de la fuerza de un pueblo que es el que tiene que demostrar su creencia en el sistema político del que disfrutamos. A nosotros nos dieron hecho el trabajo de conseguir este derecho al voto, nuestra obligación incluso moral es seguir cumpliendo con la posibilidad de elegir o derrocar, de cambiar o continuar.
Debate al margen es el nivel que podamos tener, en eso también nosotros tenemos mucha culpa porque como sociedad nos hemos transformado en conformistas y eso se extrapola a todos los niveles, también el político.
Quedan importantes retos por delante, queda un futuro del que dependerán nuestros hijos. Con los resultados de participación que alcancemos veremos si hemos sido capaces de entenderlo.