Sufian Ahmed. Ese es el nombre del joven de 14 años ganador del concurso de relatos cortos de la Fundación Coca Cola. Este estudiante del Instituto de Educación Secundaria (IES) Siete Colinas de Ceuta ha recibido su merecido premio (una cámara y un altavoz) la mañana de este miércoles de manos de Antonio Villanueva, responsable de Comunicación, Asuntos Públicos y Sostenibilidad de la marca.
Villanueva ha agradecido al centro educativo por recibirlos con los brazos abiertos y ha hablado un poco acerca de la historia del certamen. “Es un concurso que es el más longevo a nivel nacional, llevamos ya 61 años celebrándolo y han participado más de doce millones de alumnos”.
Ha señalado que en el caso de Ceuta hubo una participación de 43 alumnos de cinco centros de estudios en la 61ª Edición del Concurso Jóvenes Talentos de Relato Corto.
Profesoras, la jefa de estudios, familiares y compañeros de clase han acompañado a Sufian en la biblioteca del instituto, el lugar perfecto para la entrega de este reconocimiento que llega a manos del joven por un texto en el que narra la historia de Alejandro y de una lección que transmitió a su pueblo, para concienciar a las personas sobre el problema de los plásticos en el mar.
En el relato, el joven protagonista de la historia, un habitante de la Sierra Ibérica con gran amor hacia la fauna, gana un viaje que le enseñaría mucho. “Se lo llevaron en autobús en un viaje de dos horas. Estaba especialmente emocionado por su primera parada, un acuario, y una vez dentro quiso ver a todos los animales. Llegó a la sección de los tiburones y al ver un cristal se llevó una decepción”. Alejandro vio plásticos, pues los animales habían sido sacados de aguas contaminadas y los dejaron ahí para crear conciencia sobre este problema.
“Esto caló en nuestro protagonista, el cual después de terminar su viaje, aunque disfrutó como nunca antes, le transmitió esta información a las personas del pueblo. Estos quisieron ayudar y pasó algo inédito, toda la gente del pueblo bajó a ver el problema que habían escuchado. Pensaron que nadie tenía que convivir con basura ya que ellos no lo hacían, y en eso dedicaron todo su tiempo y esfuerzo, convirtiéndose en el primer pueblo ONG. Se unió muchísima gente a su causa, intentando hacer del mundo un lugar mejor. Se suele decir que la curiosidad mató al gato, pero en este caso la curiosidad del gato hizo del mundo un lugar mejor”. Así ha terminado esta bonita historia.
Los abrazos, los aplausos y las fotos para el recuerdo no han podido faltar la mañana de este miércoles, así como las lágrimas de orgullo de unas profesoras que no han dejado de elogiar el gran trabajo de Sufian y de unos padres emocionados.
“Contenta porque es un gran lector, le gusta mucho, y estamos muy orgullosos de él y de sus hermanos”, ha comentado Hadiya Al-lal, madre de Sufian.