Algunas de las instalaciones ubicadas en el puerto, justo en la zona que sirve de atraque a la naviera Balearia, han tenido que ser reforzadas debido a la cesión del terreno con motivo de las obras que se están llevando. En concreto en las oficinas de la Policía portuaria se han tenido que colocar varios testigos para tapar las grietas aparecidas en algunas de las habitaciones sin que, en el actualidad, corra peligro alguno el funcionariado que desempeña sus labores en su interior.
En las instalaciones anexas la cosa cambia. Lo que es utilizado por la Guardia Civil a modo de almacén sí se ha visto más afectado por esta cesión del terreno, teniendo que adoptarse medidas de seguridad para evitar que pudiera producirse algún desprendimiento.
Ante las quejas trasladadas a este medio por la inseguridad que podía existir en la zona, fuentes portuarias confirmaron ayer que se han adoptado las medidas de garantía suficientes como para descartar cualquier deficiencia.
Hace un par de semanas hubo problemas en el atraque del barco que desarrollaba la última rotación de la compañía Balearia ya que, debido a esta cesión del terreno, se temía por la seguridad de la pasarela por la que tenían que bajar los pasajeros, al haberse producido un desplazamiento de la infraestructura provocado por las obras ejecutadas en el puerto. Finalmente las tareas de desembarco se produjeron sin incidencia alguna.
La propia actuación de los barcos en los momentos de atraque también ha influido en la degeneración del terreno portuario ganado al mar, que va erosionándose y perdiendo sustento.