Las XIV Jornadas Jurídicas de Ceuta llegan hoy a su final. Durante dos días se están abordando determinados aspectos de un servicio público que no siempre es entendido en su justa medida por la sociedad. En esta edición, el plantel de conferenciantes es más que notable y evidencia que este encuentro no solo es una referencia a nivel nacional, sino un punto de encuentro en el que los profesionales de la judicatura pueden debatir puntos de vista y exponer sus dudas.
La única objeción que se podría plantear la organización es la posibilidad de que los temas de análisis sean más atractivos para el público en general, aunque esa es una tarea complicada en una actividad compleja y cargada de tecnicismos.
En cualquier caso, este encuentro, que en el caso de Ceuta ya está más que consolidado, debe servir para poner sobre la mesa las razones que justifican determinadas decisiones o el posicionamiento de cargos muy mediáticos, como es el caso del presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido, quien ayer hizo un alegato para que el Alto Tribunal no se “acobarde” ante las críticas, que no son pocas, que recibe cuando emite resoluciones que afectan a la política.
En cuanto al resto de conferencias, la jueza del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, María Elósegui, salió en defensa de nuestro sistema judicial al afirmar que España es un país cumplidor con los derechos humanos.
Satisface que se argumente con datos esta aseveración, pero lo sería aún más si nuestro sistema utilizara las herramientas de las que dispone para que estos mensajes lleguen con más asiduidad a la población.
Ganaría el sistema y mejoraría la confianza de los ciudadanos en la Justicia.