Fue la primera operación contra los narcodrones realizada en España. Con la colaboración de Policía Nacional y Guardia Civil se asestó un duro golpe a una organización que, radicada en Ceuta, había ideado una nueva forma de traficar con droga.
Y es que en el negocio controlado por los narcos siempre puede haber innovaciones y, en este caso, convirtieron el cierre de fronteras derivado de la pandemia en una oportunidad.
Ahora el Ministerio Fiscal ha formulado acusación contra las 13 personas que fueron detenidas o investigadas por su presunta relación con la llamada Rond-Hornet, el operativo iniciado en septiembre de 2020 y finalizado en febrero de 2021 con el que se desmanteló la estructura delictiva dedicada a traer hachís desde Marruecos a Ceuta en drones y trasladar, en ruta contraria, pastillas desde la ciudad al vecino país.
De acuerdo con la calificación a cuyo contenido ha tenido acceso El Faro de Ceuta, Fiscalía considera que los acusados incurrieron en un delito de tráfico de drogas en su modalidad agravada de extrema gravedad por el empleo de drones. Delito que cometían en el seno de una organización bien estructurada.
Solicita 6 años de cárcel para los acusados, pena que se eleva a 7 en dos de los casos porque los procesados son reincidentes en estas prácticas.
La primera gran investigación de los narcodrones
Detrás de esta resolución judicial asoma la primera gran investigación contra un nuevo negocio tejido en torno al tráfico de drogas que se hizo fuerte en tiempos de pandemia cuando, con el paso del Tarajal cerrado, los narcos tuvieron que idear alternativas para pasar el hachís.
Usar drones y aeronaves pilotadas por control remoto se convirtió en la solución. Los miembros de la red actuaban sobre todo de noche para burlar los controles policiales, usando como zonas de aterrizaje y despegue las proximidades de la cárcel, la carretera del Ángulo próxima al Príncipe Alfonso o un ático de la famosa torre ubicada frente al antiguo Poblado Legionario que se levantó de manera ilegal y la Ciudad nunca pudo ejecutar su demolición.
Aquella torre se convirtió en el símbolo del triunfo de lo ilegal sobre la Administración que es capaz de sancionar a los demás ciudadanos sin temblarle el pulso. También, en centro de operaciones para el control de los narcodrones.
La Policía Nacional por un lado, la Guardia Civil por otro, abrieron investigaciones que terminaron uniéndose en una de las escasas operaciones conjuntas promovidas.
Los pases de narcóticos que tenían relación
A esta organización se le atribuyen distintos decomisos de droga que, lejos de ser casos aislados, estaban siendo analizados al detalle por los investigadores para encontrar su relación.
El 28 de septiembre de 2020 se localizaron más de 4 kilos de hachís en la reja número 13 del perímetro repartidos en pastillas. El 1 de octubre fueron casi 5 kilos de hachís los encontrados en un dron hallado en el barranco de las Lanzas.
Aquellos sucesos no eran casuales, y así lo verificó el EDOA de la Guardia Civil tras examinar los datos registrados en los elevadores que terminaban desplomados por el equipo Pegaso.
El 30 de septiembre de 2020 la Benemérita intervenía en la estación marítima un dron dentro de un vehículo. El coche estaba ocupado por dos de los acusados y una tercera persona a la que no se le pudo detener porque lo asesinaron. Era Yalal ‘loco’, considerado autor intelectual de estos pases de drogas.
Ese elevador se había comprado en la localidad sevillana de Gelves por más de 17.000 euros. Un DJI Wind 8 al que la Benemérita le colocó un dispositivo de geolocalización para seguir su rastro una vez devuelto a su dueño.
La estrategia funcionó, el 6 de noviembre fue encontrado con casi 9 kilos de hachís junto a la pista de Piniers. La prueba era clara, existía una vinculación entre sus portadores y el pase de drogas frustrado mediante empleo de inhibidores.
Rastreos, intervenciones telefónicas y la famosa torre
Así comenzaría una investigación basada en el rastreo de datos de los drones intervenidos y en el análisis de las conversaciones telefónicas autorizadas por el juzgado.
El lugar de despegue y aterrizaje era la famosa torre de 7 plantas, allí se observó el manejo de drones que eran adquiridos en la Península. Era el centro de operaciones de un negocio que estaba reportando cuantiosas ganancias.
La Fiscalía mantiene que los 13 procesados formaban parte de una organización con roles repartidos. Manejaban el tráfico de drogas, disponían de equipos de transmisiones para comunicarse entre ellos y drones de última generación con softwares avanzados de navegación automatizada y remota, además de empleo de hardware adaptados en dichos drones para descargar la sustancia estupefaciente en los lugares deseados durante el vuelo sin necesidad de aterrizaje.
Lo tenían todo pensado, y lo tenían tan al detalle que supieron aprovechar el cierre de fronteras para fortalecer su negocio, siendo complicado el rastreo y la identificación de las cargas.
En los registros llevados a cabo en febrero de 2021, cuando se ejecutó la operación con la autorización judicial, se hallaron armas simuladas de uso lúdico y recreativo. De aquellas actuaciones fue testigo FaroTV.
Los roles de la red
La estructura delincuencial estaba bien organizada. En la pirámide se situaba Y.M.D., Yalal ‘loco’, asesinado meses antes de la operación por lo que nunca pudo ser detenido. La Fiscalía considera que dirigía la organización y daba instrucciones al resto de procesados.
Los demás se repartían funciones como la del transporte de drones de la Península a Ceuta, contravigilancia, labores de vigilancia en las zonas de aterrizaje y despegue, almacenamiento de la droga, ejecutores de los vuelos de los drones…
En los registros llevados a cabo se intervinieron elevadores, hachís, pastillas, armas simuladas, tablets, hélices, balanzas de precisión, soportes de dron… Con esta investigación se asestó un duro golpe al negocio de los narcodrones.
En Marruecos también se llevaron a cabo detenciones ya que en Castillejos funcionaban grupos organizados que cooperaban con los ceutíes en la carga del hachís contando incluso con cooperación de personal militar.
En Ceuta, tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional llevaban investigaciones paralelas en torno a este negocio.
Un flujo constante de droga
El constante flujo de droga que permitía la permeable frontera del Tarajal se traducía en la entrada constante de cantidades de hachís, así como la salida de todo tipo de pastillas, cocaína y, en menor cantidad, heroína traída de la Península para abastecer el norte marroquí.
Los aparatos voladores que podían soportar hasta 10 kilos de peso costaban más de 12.000 euros pero su pérdida no era un riesgo porque con el mero negocio lo amortizaban.
En la ‘Rond-Hornet’ se intervinieron 4 drones semiindustriales con capacidades de carga desde los 4 hasta 25 kilogramos, y otros 3 drones comerciales que la organización utilizaba para realizar estos transportes de sustancias estupefacientes entre Marruecos y Ceuta por vía aérea.
En los registros se halló diverso material para la reparación de los RPAs, drones similares a los utilizados para el transporte por vía aérea de las sustancias estupefacientes, material informático, dos armas lúdico-deportivas siendo una un fusil de asalto HK, una defensa semirrígida, unos grilletes y un chaleco antibalas con protección balística de nivel 2.
Además, había en uno de los registros en un inmueble marcado por el Juzgado de Instrucción número 5, varios lotes de pastillas de Rivotril 2 miligramos empaquetadas al vacío y listas para ser transportadas a Marruecos además de hachís, lo que evidenciaba la base del negocio de tráfico que se movía de Marruecos a Ceuta y a la inversa.
6 años, demasiado barato para tanto lucro
La culpa la tiene el gobierno de la ciudad por permitir su construcción, si yo levanto un piso de más, enseguida estarían encima mío para pararme, habría que investigar si hubo algún trato o si se lucro alguien permitiendolo, un edificio así no se hace en dos días. Tendrían que demolerlo y cargar los costes a quien lo construyó, se puede hacer poco a poco al igual que se levantó.