Uno de los retos de la Asociación Española de Guardias Civiles ha sido y es la reincorporación de los guardias civiles que fueron detenidos, ingresados en prisiones militares y expulsados de la Guardia Civil por promover el asociacionismo en nuestra Institución.
Hemos pedido y seguiremos pidiendo que se haga justicia con Manuel Rosa Recuerda, José Morata Gargallo, José Piñero González y nuestro querido Manuel Linde Falero. Son los padres del movimiento asociativo y los responsables de generar un debate en la sociedad sobre la vulneración de los derechos constitucionales, las malas condiciones laborales y los abusos que sufrían los guardias civiles.
El camino para conseguir que se haga justicia no es ni será fácil, porque ningún derecho en la Guardia Civil ha sido fácil de conquistar, pero se están dando pasos en ese largo camino. Pasos que han conseguido que en el último pleno del Consejo de la Guardia Civil se acordará el siguiente texto: “Con la aprobación de la Ley Orgánica 11/2007, de 22 de octubre, reguladora de derechos y deberes de los miembros de la Guardia Civil, se permitió el ejercicio del derecho de asociación con fines profesionales. Un derecho que se ejerce hoy con normalidad, favoreciendo la mejora de las condiciones profesionales, económicas y sociales de los guardias civiles.
Con aquella regulación del asociacionismo profesional se abrieron nuevos cauces de participación y expresión de los miembros de la Guardia Civil. Cauces que hoy se encuentran consolidados, y que en el Consejo de la Guardia Civil encontraron el ámbito más destacado para la actividad de las asociaciones profesionales, en su interlocución con la Administración. El Consejo de la Guardia Civil, como órgano colegiado que representa de forma unitaria a todos los miembros de la Institución es el foro en el que se visibiliza con más nitidez el largo camino iniciado por algunos miembros del Cuerpo hace ya algunas décadas.
“Hemos dado un paso importante, pero seguiremos luchando para hacer justicia”
Con este Acuerdo se pretende cerrar una página que debería haberse rubricado en 2007, tras ser admitido el ejercicio de ese derecho fundamental. Y con ello tener una mención para los guardias civiles que, desde finales de los años 70 y hasta principios de los 90, propiciaron que hoy el ejercicio de este derecho sea una evidente mejoría para el funcionamiento de la Institución.
José Morata Gargallo, Manuel Rosa Recuerda, José Piñero González y Manuel Linde Falero, recientemente fallecido, compartían con otros guardias civiles esa idea, en aquel entonces inviable. Ellos, y otros como ellos, se enfrentaron a un marco jurídico que impedía el ejercicio de ese asociacionismo en el seno de la Guardia Civil, del que hoy disfrutan los hombres y mujeres de esta Institución.
Con este Acuerdo no se pretende revisar lo sucedido, ni cuestionar el tratamiento que en aquellos momentos recibieron los hechos que protagonizaron. A lo que aspira este Acuerdo es a poner de manifiesto el coste personal y profesional que asumieron aquellos guardias civiles que, con su anhelo por un derecho, hoy reconocido, han propiciado avances en nuestra sociedad. Es de justicia reconocer a todos aquellos que con su esfuerzo ayudaron a mejorar la realidad social y profesional de los hombres y mujeres que forman la Guardia Civil y que dan lo mejor de ellos por su país”.
“Seguiremos pidiendo justicia para Manuel Rosa, José Morata, José Piñero y Manuel Linde”
Las asociaciones profesionales y los guardias civiles tenemos una deuda con estos compañeros que lucharon por dignificar las condiciones laborales de los guardias civiles. Lucharon para que no fuéramos privados de libertad por simples faltas leves; lucharon para que los guardias pudieran disfrutar del descanso semanal; lucharon para tener un régimen disciplinario propio y, sobre todo, lucharon para que los guardias civiles dejáramos de ser ciudadanos de segunda categoría.
Plasmar este reconocimiento en el Consejo de la Guardia Civil a nuestros compañeros Manuel Rosa Recuerda, José Morata, José Piñero González y Manuel Linde es un paso importante pero insuficiente, porque las virtudes más importantes de las democracias son la justicia y la generosidad. En estos dos pilares se sostiene nuestro sistema y reingresar a nuestros compañeros sería una muestra de generosidad y de justicia.
Hemos dado un paso importante, pero seguiremos luchando para hacer justicia con estos héroes de la Guardia Civil.
Lo lamentable es que ningún gobierno reconozca la gran labor de estos compañeros que desde la clandestinidad y en tiempos difíciles lucharon por civilizar los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, que fueron represaliados por tratar de lograr unas condiciones de trabajo dignas para el colectivo, tarde pero justa esas peiticiones y que un gobierno progresista está en la obligación de restituir la dignidad de Morata, Rosa, Piñero y Linde como grandes perjudicados por su lucha y otros muchos que desde el anonimato lucharon por conseguir la realidad que es la Asociación.