“¡Sabín, Sabín!”. Un subsahariano golpea con las palmas de sus manos en el suelo. Justo a la entrada del CETI. De un CETI de Ceuta blindado por la Policía Nacional y los vigilantes del centro que, en la noche del sábado al domingo, estalló. Y lo hizo de la forma más virulenta que se conoce, con enfrentamientos entre inmigrantes argelinos y subsaharianos, lanzamiento de piedras, rotura de vallas y escapadas al bosque. Todo motivado por la aparición, a primera de la tarde, del cadáver de un subsahariano en la playa de San Amaro. Los residentes del centro de estancia temporal supieron de la noticia y aunque el cuerpo de este joven está sin identificar, sus compatriotas dicen que es Sabín, un joven al que echan en falta desde hace unos días. Culpan de su muerte a integrantes del colectivo argelino con los que mantienen enfrentamientos desde hace tiempo, que han ido materializándose en estallidos de violencia, pero nunca como la pasada noche. Tal y como explicaron a este periódico unos residentes, dos subsaharianos llegaron hace unos días en malas condiciones al centro. No supieron concretar si estaban mareados o habían consumido alguna bebida. El hecho es que, en ese estado, mantuvieron una trifulca con varios argelinos. Una trifulca que fue a mayores y que terminó con la pareja huyendo en dirección a la playa de Benítez y varios magrebíes detrás. La pareja de subsaharianos, viendo que ya no eran perseguidos, detuvo su marcha momentáneamente. Pero uno de ellos optó por seguir su escapada, asustado, adentrándose en la zona de las escolleras del puerto. Dicen los subsaharianos que contaron estos hechos a la Policía, y desde el CNP se dio traslado de esta información a la Benemérita, sin que nunca se diera con esta persona.
La Policía informó a los inmigrantes que es pronto para hilar ambos casos
Este sábado, al recibir la noticia de la aparición de un subsahariano muerto en la playa, el colectivo estalló de ira e inició una algarada, lanzando piedras y queriendo saldar cuentas con los argelinos, a los que culpan de este fallecimiento. Ellos creen que el desaparecido Sabín (así se referían a él) ha muerto de alguna paliza y sería la persona encontrada muerta. Empezaron, por esto, a acorralar a los argelinos que tuvieron que refugiarse dentro de los módulos del centro o, en algunos casos, escapar trepando la valla perimetral del CETI, como pudo comprobar este periódico. Huían asustados porque se veían acorrolados por los subsaharianos. Hubo no solo lanzamiento de piedras, sino también rotura de cristales y destrozos en el interior. Hasta el lugar fueron llegando unidades de la Policía Nacional, después la UIP y zetas de la Local hasta, finalmente, la llegada de toda la UIR de servicio. Todos los agentes para blindar por dentro y por fuera el CETI, junto a la vigilancia de seguridad del centro. Mientras inmigrantes argelinos y subsaharianos huían o al bosque cercano o por la carretera del Jaral. Otros, como en el caso de las mujeres y niños argelinos, se escondían en módulos por temor a su integridad.
El cadáver, sin identificar
El hecho es que el cadáver encontrado en San Amaro no está identificado. La Guardia Civil no encontró documentación en su ropaje y fue trasladado a la sala de autopsias para conocer las causas de la muerte. Aún así, el colectivo subsahariano hiló ambas situaciones lo que provocó esta situación de inseguridad en todo el CETI. La Policía informó, a través de un enlace del Cuerpo, a los residentes que no se sabe nada, que no pueden sacarse conclusiones tan pronto. De igual manera se dirigió a todos los presentes el director, calmándose los ánimos poco a poco. Pero solo entre un grueso importante del centro, porque otros, visiblemente bebidos y enfadados, seguían en los alrededores protestando. La Policía separó a los colectivos e intentó calmar los ánimos aunque las próximas horas serán claves. Hubo detenidos.