El espectáculo de paracaidismo vivido el pasado viernes con motivo del Día de Ceuta en la playa del Chorrillo tiene un ‘culpable’ claro: Raúl González Ponce. Este ceutí entró hace 6 años de alférez reservista voluntario como fisioterapeuta y al emocionarse en distintas ciudades viendo lo que los paracaidistas ofrecían, tuvo una idea: eso se tenía que hacer en Ceuta. “Cuando iba a exhibiciones a ciudades como Sevilla y Menorca, vi claro que se tenía que hacer en Ceuta”.
Hace más de 2 años se reunió con Carlos Rontomé, consejero de Educación y Cultura, a quien le encantó la idea y se pusieron manos a la obra. Pero llegó la pandemia y se encargó de frenar cualquier acto público hasta este 2022, cuando la propuesta de González se pudo ejecutar para deleite de todos los caballas, porque si algo tenía claro es que la exhibición se haría en Ceuta. “Desde que propuse la idea, todos apoyaron con muchas ganas la propuesta. Trabajaron desde el principio para que los ceutíes pudieran disfrutar de esta exhibición”.
Y es que para González fue todo un “orgullo” ser uno de los principales partícipes de traer un espectáculo así, mostrando su agradecimiento al capitán Lomas, jefe de la Unidad, que desde un principio aceptó la idea. Después tuvo el gran detalle de permitir al caballa que fuera el que entregara la bandera de la Ciudad de Ceuta al presidente del Ejecutivo local, Juan Vivas Lara. “Fue el capitán el que decidió que yo le entregara la bandera de Ceuta al presidente. La verdad que fue un orgullo. A pesar de estar preocupado por el viento, ya que la zona de salto era complicada, todo salió genial”, ha explicado a El Faro.
Raúl González Ponce nació en 1980. Curiosamente su padre era militar y estaba destinado en Ceuta, por lo que fue aquí donde conoció a su madre y se casaron. De ese amor, nació Raúl pero cuando tenía tan solo dos años, volvieron a destinar a su padre a Madrid, por lo que se crió en la capital de España.
Allí realizó sus estudios y se graduó como fisioterapeuta. Casualmente, y es que la vida guarda sorpresas inesperadas, conoció a una ceutí en Estepona (Málaga) de la cual se enamoró y le hizo tener más ganas que nunca de volver a nuestra ciudad. Eso ocurrió en el año 2003 y desde entonces vive afincado en nuestra tierra junto a su familia. Trabaja como fisioterapeuta en el centro de Otero y además de ser voluntario como alférez reservista está muy vinculado con el mundo del fútbol y apoya en todo lo posible a la Real Federación de Fútbol de Ceuta.