Sociedad

Ramadán bajo el prisma de las asociaciones

Hoy jueves llegó un invitado noble que los corazones de los creyentes han estado esperando todo el año y ante el cual tienen grandes expectativas. Ese invitado es el mes sagrado de Ramadán, el señor de los meses para la comunidad musulmana. Un periodo que exalta la revelación del Corán.

En este tiempo, Allah hizo obligatorio el ayuno y voluntaria la oración nocturna. En este mes se abren las puertas del Jardín del Paraíso y se cierran con él las del fuego. Se trata del ciclo lunar de la misericordia, del perdón y de la salvación. Son 29 o 30 días caracterizados por la paciencia, los actos de generosidad y de compasión con los necesitados.

El respeto al mes bendito de Ramadán va más allá de restringir la ingesta de alimentos y bebidas así como privar a las partes íntimas de las relaciones sexuales durante las horas del ayuno, entre el amanecer y la puesta de sol. Ese es tan solo el inicio de esta manifestación de amor al Creador, de sacrificio y libertad que beneficia las relaciones del musulmán con su entorno, compartiendo con el prójimo la sensación de igualdad y, por tanto, sus necesidades. Una restricción física que eleva mentalmente y en espíritu al creyente.

Durante este mes, los musulmanes deben seguir con su rutina habitual, aunque tienen derecho a pedir una flexibilización de los horarios de trabajo. La UCIDCE detalla que existe un acuerdo de cooperación del Estado Español con la Comisión Islámica de España que dice que los miembros de las comunidades islámicas pertenecientes a dicha comisión que lo deseen “podrán solicitar la interrupción de su trabajo los viernes de cada semana, día de rezo colectivo obligatorio y solemne de los musulmanes desde las 13.30 hasta las 16.30 horas, así como la conclusión de la jornada laboral una hora antes de la puesta del sol, durante el mes de ayuno”. Las horas deberán ser recuperadas sin compensación alguna.

Aunque la penosidad de esa vigilia es subjetiva, Al Idrissi reconoce que el cuerpo se habitúa al cambio de horario y alimentación, sin embargo, la activación de las hormonas del sueño por la mañana hace escarpado mantenerse despierto, lo cual no significa que sea inalcanzable. A pesar de que no esté al cien por cien, eso no implica que la población tenga que rendir menos en sus trabajos porque el Ramadán consiste en la adaptación –en la medida de las posibilidades– a realizar el ayuno en condiciones y a la vez cumplir con las obligaciones.

Luna Blanca, Al Idrissi, Intercultura y UCIDCE coincidieron en enviar un mensaje de amor, felicidad, recuerdo a los desfavorecidos y deseos de paz. Fue la federación autonómica la que hizo un llamamiento a la paz internacional puesto que el comienzo del Ramadán está marcado por la violencia en Oriente Medio y, en concreto, en Palestina: “Tanto los musulmanes como los que no lo son, tenemos que suplicar a Dios que paren estas tragedias y masacres”.

“Que aquellos que podemos comer caliente, tengamos en cuenta a los necesitados”, dice Mustafa Abdelkader, presidente de Luna Blanca

El presidente de Luna Blanca, Mustafa Abdelkader, hace un llamamiento a la comunidad a “mantenerse firmes” en la educación que los musulmanes han recibido en casa y que está encuadrada en el “respeto mutuo”.

“Si eres conocedor de que tus derechos empiezan contigo y acaban donde comienzan los del otro, vamos a convivir tranquilamente y en paz”, destaca Abdelkader. Esta asociación cultiva el altruismo, una virtud importante no solo en Ramadán, “sino que la caridad está en un escalafón muy alto dentro de la religión musulmana”.

Como enseñanza del islam, Abdelkader expone que si un musulmán pasa la noche con el estómago caliente y no ha sido capaz de ayudar a su vecino pese a saber que está atravesando penurias, esa actitud es reprochable. “Ese es el esfuerzo que llevamos haciendo desde hace 25 años: Que aquellos que podemos comer un poco caliente tengamos en cuenta siempre a los necesitados”.

Máxime en este mes después de todo el día en ayunas, Luna Blanca anima a pensar en las personas sin recursos para atender a sus familias, en los desfavorecidos y en la felicidad de los padres que pueden dar, no caprichos, pero al menos sí los primeros alimentos para sus hijos.

Luna Blanca desea a todo el colectivo musulmán un Ramadán Mubarak y le pidió que tampoco olvide que la ONG lleva a cabo una labor que requiere del apoyo de todo aquel que pueda echar una mano. En definitiva, “que tengamos un mes sagrado en paz y armonía”. Su vicepresidente, Mustafa Mohamed, reclama la seguridad de los ceutíes con la migración musulmana y las familias víctimas de la crisis.

Por otra parte, Mohamed quiere hacer hincapié en que los jóvenes respeten el descanso nocturno en Ramadán porque hay quien se dedica a poner alta la música del coche sin importarle que haya gente que trabaja al día siguiente.

“Tenemos que ayunar con los cinco sentidos y leer, como mínimo, el Corán una vez en ese mes”, según Laarbi Maateis, presidente de la UCIDCE

El presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de Ceuta (UCIDCE), Laarbi Maateis, exhorta a los musulmanes a “recuperar la actitud, mejorar a diario, ganar en mejores cualidades, ser cada vez más practicante, no solo en Ramadán, sino durante todo el año y guardar ayuno”.

Una privación no solo de placeres terrenales, sino que Maateis conmina a “ayunar con los cinco sentidos”. Para el portavoz de la federación autonómica Ramadán es un mes de “entrega a Dios, de menos fiesta, de menos música, de incluso menos actividades cotidianas y cosas populares”.

Es decir, continúa Maateis, “no hay que hacer caso a lo que dicen las televisiones internacionales de los países árabes, islámicos, puesto que son una pérdida de tiempo: tanto los teatros, los programas de fútbol, los programas de deporte…”. Porque, como recuerda el responsable de la UCIDCE, “en el mes de Ramadán los sabios incluso suspendían las clases del alumnado para dedicarse ellos mismos a la entrega a Dios”.

Maateis alienta a la comunidad a completar, al menos, la lectura del Corán una sola vez. “Pero si somos de verdad fieles de Dios, tenemos que completarlo tres veces por semana como mínimo”, señala en relación al mes bendito ya que supone una señal de “ejemplaridad”.

Asimismo, llama a la lectura de los Dichos y Hechos del Profeta Muhammad a fin de ser “ejemplo de convivencia, paz, fraternidad, solidaridad y recordar durante Ramadán a los más necesitados”. De los 30 días de ese periodo espiritual, Maateis distinguió que los diez primeros se dedican a pedir a Dios que bendiga nuestros actos con misericordia; la decena siguiente está destinada a rogar que perdone nuestros pecados y, en los últimos diez días, que Allah nos salve del castigo del infierno. Asimismo, felicitó el bendito mes de Ramadán.

“El marco jurídico hace albergar esperanzas de corregir disfunciones aún existentes”, apunta Mustafa Mohamed, de Asociación Intercultura

El presidente de la Asociación Intercultura, Mustafa Mohamed, considera que el musulmán en Ramadán debe ser un “activo embajador del sentimiento de solidaridad con los mas necesitados”. Por este motivo, anima a “empatizar fraternalmente” con quienes lo estén pasando peor, “estén donde estén”, y desde la reflexión “más profunda activarse, y activar a los demás, en iniciativas encaminadas a ayudar a los mas desfavorecidos, donde el amor al prójimo sea la guía que nos conduzca a mejorar como seres humanos”. La entidad concibe el mes sagrado como un “nexo de unión entre todos los ceutíes, un mes que invita a la concordia y en el que todos podamos compartir la necesidad de ayudarnos mutuamente”.

En cuanto a las relaciones entre las comunidades religiosas que conviven en Ceuta, estas tienen “importantes lazos en común”, pero sobre todos ellos, “se encuentra el amor al prójimo”, como subraya Mohamed. Desde este punto de partida, ensalza valores compartidos por todos como “la paz, el amor, la fraternidad y la solidaridad, que generan un marco propicio para que en nuestra ciudad el diálogo interconfesional e intercultural nos haga especialmente atractivos y un verdadero ejemplo de convivencia y diversidad cultural”.

El presidente de Intercultura sostiene que en España en general, y en Ceuta en particular, los musulmanes y la sociedad en general están sabiendo adaptarse al Ramadán. “Lo cierto es que aun queda camino por recorrer: hay pendiente peticiones para adaptar los calendarios de exámenes, las maniobras de los militares, el calendario laboral,… pero siendo honestos, el marco jurídico español permite albergar serias esperanzas de que pronto, siempre desde la legalidad y la naturalidad, se puedan corregir estas disfunciones aun existentes”, concluye.

“Generar memoria compartida fortalece nuestra identidad de convivencia pacífica”, concluye Mariam Mohamed, coordinadora de Al Idrissi

La coordinadora de actividades del Centro Cultural Al Idrissi, Mariam Mohamed, describió Ramadán como una época de “recogimiento interior, de encontrarse con uno mismo, con la parte espiritual, compartir con la familia, los vecinos y ser más solidarios”. Principios no estrictamente religiosos, pero que están relacionadas con lo que conlleva el mes bendito. De cumplirse el ayuno tal y como está prescrito, continúa, también es provechoso para la salud siempre y cuando el musulmán esté bien físicamente.

Al Idrissi felicita el Ramadán a los musulmanes a quienes animó “a que abran sus puertas al resto de vecinos para que compartan la esencia de este mes sagrado porque seguimos pensando que dar a conocer la comunidad elimina miedos y facilita la convivencia”. Para Mohamed, resulta fundamental para la ciudad autónoma “seguir generando memoria compartida porque, al final, eso es lo que fortalece esas señas de identidad que queremos disfrutar y lanzar al mundo de convivencia pacífica”. Las diferencias entre religiones, apunta la portavoz de Al Idrissi, “no son significativas” a la hora de relacionarse.

Es más, Mohamed destaca la similitudes entre las ‘religiones de libro’ y la representación de la pascua del cordero en la cultura judeocristiana y musulmana, sin contar con que la comunidad hindú siempre está abierta a compartir festividades como las sesiones de yoga previas a la ruptura del ayuno en playa celebrada en años anteriores. “Es voluntad de las organizaciones, comunidades y la ciudadanía no dejar huecos vacíos que puedan ser ocupados por quienes ni pretenden ni trabajan por esa convivencia”, indica.

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