Javi Pérez ha estado toda su vida vinculado al deporte. Como la mayoría de los niños de Ceuta, sus primeros pasos fueron en el fútbol, donde llegaría a vivir uno de sus mejores momentos, pero paralelo a esto se encontraba la hípica, deporte del que acabaría enamorándose y del que podría hacer su estilo de vida.
Todo comenzó en el colegio San Agustín siendo un niño más de los tantos que jugaba al fútbol. Con el pasar de los años, Javi se dio cuenta que lo suyo era estar bajo los palos. Su progreso era evidente “pero me faltaba algo y en ese momento el San Agustín no tenía muco en categoría nacional”. Debido a ello, y de la mano de “mi amigo Paquirri” decidió dar el salto al Ceutí.
Poco después de esto, decidió probar con el fútbol sala, donde “viví mis momentos más esplendorosos del deporte”. Un camino que lo comenzó junto a Manolo Luque, quien Javi considera como “mi padre deportivo”. Él fu el encargado de abrirle las puertas hacia Ferreti en el Mitsubishi, donde “tuve la suerte y la gran oportunidad de formar parte de aquel glorioso Mitsubishi de Giorginho, Rachid o Chito. Un equipazo que tuvimos en Ceuta y que por desgracia duró poco tiempo”.
Javi define esta época de su vida deportiva como una de las mejores. Al recordarla lo hace “con mucho cariño y mucha nostalgia porque era un ambiente muy sano. Me da la sensación de que los valores deportivos eran un poco distintos a los de ahora. Aquello fue un momento en el que todo el mundo soñaba con que podía ser futbolista. Muchos se quedaron en el camino y otro continuamos”.
Pero un día ese sueño terminó: “Una vez vino a jugar un equipo brasileño que entrenaba Ferreti. Jugaron contra nosotros y nos dieron una paliza. Cuando terminó el partido, Ferreti habló conmigo y con Manolo Luque porque me querían fichar. Tenía 18 años, por lo que hablé con mis padres, pero era todo muy precipitado porque me pedían que tomara la decisión para irme en el primer barco. Al final no decidí irme a Brasil porque entendía que iba a ser por un tiempo corto.Ese fue el punto de inflexión para que yo dejara el fútbol sala de manera profesional y dedicara toda mi visa al mundo del caballo”.
Paralelamente al fútbol, Javi también practicaba hípica. En aquel momento este deporte estaba vinculado al mundo militar, “mi familia es militar, por lo que los cuatro hermanos montábamos a caballo. Era un hobbie e íbamos a montar los fines de semana”.
Javi tenía claro que “no iba a estudiar una carrera”, pues veía que “en el deporte podía estar mi futuro”. En ese momento tomó la decisión de hacerse profesional en el mundo del caballo y “el segundo año entré a la Escuela de Jerez y, a partir de ahí, empezó mi vida profesional, deportiva y formativa solo y exclusivamente relacionado con el caballo hasta hoy”.
Durante cinco años estuvo en la Escuela de Jerez y cuando finalizó sus estudios, “que ya existía un convenio entre la Ciudad y los militares para que toda la ciudadanía pudiera montar a caballo” , volvió a Ceuta para tomar los mandos de la escuela. “Cuando llego hago una revolución en el deporte hípico. Traigo muchos caballos y un modelo de gestión que se sigue manteniendo, siendo modelo ejemplar en muchos sitios de España”.
Después de 16 años al cargo de la escuela, “me marcho por cuestiones de otra índole”. Hasta que hace aproximadamente un año y medio “me volvieron llamar”, aunque en perfectas condiciones “es desde el mes de abril que estoy de nuevo dirigiendo la escuela de hípica”.
Según Javi, la equitación es un deportes de élite en Ceuta “gracias a la ciudad, a la subvención y a los convenios”. Asimismo, “si le añades la equitación terapéutica que tanta repercusión tiene, y que es cien por cien subvencionada por la ciudad, entonces significa que el modelo funciona”.
Un modelo diseñado para personas de todas las edades, ya que “desde los cuatro años la gente ya se puede apuntar a caballo en las oficinas del ICD, ya que está todo canalizado a través de ellos”.
Actualmente la Escuela de Hípica cuenta con diferentes modalidades como: “pony cuerda, que son los más pequeñitos, pony suelto que son niños de entre 8 y 12 años , y caballo que va desde los 12 años hasta los adultos”.
Todas estas actividades hacen que”ahora mismo estemos por encima de los 200 alumnos”.
La Escuela de Hípica ya ha comenzado su temporada, “fuimos de los primeros en empezar junto a la natación”.
Un mes en el que la hípica caballa ha notado un gran crecimiento, en cuanto al número de inscritos. Un efecto llamada que “apoyada por el personal que tenemos y mi vuelta” han hecho que esta modalidad continúe siendo una de las más populares en nuestra ciudad.
Del mismo modo, la dirección de la escuela tiene en mente nuevos proyectos como la “hipoterapia, que probablemente tendremos cerrado en breves y en que posiblemente contemos con más de cien usuarios. Unos números que para la hípica son muy grandes”.
Nuevos proyectos y mucha ilusión, algo que, desde el punto de vista del coordinador técnico, significa que “nos espera un buen futuro”.
Javi Pérez confía en el modelo que sigue la hípica con el que cree que “puede llegar donde quiera”. Son varios los proyectos que baraja para esta nueva etapa en la que quiere recuperar la tecnificación, “para que los alumnos de Ceuta puedan competir”, y darle una visión grande a los montes de Ceuta “como ya hicimos en verano”. Todo ello con la idea de que “la hípica vuelva a tener el esplendor que ya tuvo en épocas pasadas”.
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