La Sala Spinelli de la sede del Parlamento europeo en Bruselas ha acogido este miércoles la presentación del informe ‘Ceuta y Melilla: más España y más Europa’, el trabajo que el eurodiputado Jordi Cañas (Cs) encargó a la consultora ‘Ernst & Young (EY)’ para conocer desde un punto de vista técnico-jurídico, no político, las ventajas e inconvenientes que tendría para ambas ciudades plantear de forma definitiva sus tres grandes retos ante la UE: eliminar o revisar a fondo la excepcionalidad en el Tratado de Schengen, entrar o no en la Unión Aduanera europea y lograr un estatus asimilable al de las Regiones Ultraperiféricas.
En relación con la supresión del régimen que permitía a los residentes en la provincia de Tetuán entrar en Ceuta sin visado, vigente pero sin aplicación en la primera fase de la reapertura “progresiva y gradual” del Tarajal, los autores del estudio encuentran tantas ventajas como inconvenientes en su erradicación.
En el ámbito de lo positivo, los autores del trabajo consideran que exigir visado a todos los marroquíes permitiría combatir de forma más eficaz “la inmigración irregular procedente del norte de África” y “reforzar políticamente la europeidad de los dos enclaves”, así como “facilitar los traslados entre estos territorios y el resto de Estados miembros del Acuerdo Schengen dándolos a conocer a nivel internacional”.
También serviría para “reducir el contrabando y la economía sumergida” entre Ceuta y Melilla y Marruecos, así como implicar a toda la Unión Europea en el control de las fronteras de las dos ciudades.
Sin embargo, alguna de esas ventajas tiene también un filo negativo. Así, el endurecimiento de los controles “limitaría la libre circulación de mercancías” con el Reino alauita, al menos tal y como se concebía hasta 2020, con un “impacto directo” sobre la economía local.
Por otro lado, “la abolición de las fronteras interiores” supone que cualquier extranjero que entrase o se encuentre ilegalmente en Ceuta o Melilla podría moverse libremente por el resto de Estados miembros. “Un control inadecuado de sus fronteras podría suponer un problema a escala internacional en caso de que las dos ciudades ingresasen en igualdad de condiciones en el espacio Schengen y esta medida acrecentaría la sensación de que son la puerta que separa África de Europa, lo que podría alentar a muchos más extranjeros a tratar de introducirse de forma irregular”, advierte EY.
Para evitarlo España tendría que asumir “una gran responsabilidad” en el “control efectivo” de ambas fronteras e involucrar a otros países con el correspondiente desembolso económico.
La consultora cree que, si Ceuta y Melilla abogan por acabar con la excepcionalidad (o revisarla en profundidad), “debería valorarse la posibilidad de mantener, al menos temporalmente, controles en sus fronteras interiores para beneficiarse de las ventajas de su inclusión sin menoscabar la seguridad, el orden y la salud pública o las relaciones internacionales del resto de Estados miembros”.
Otro inconveniente pasa por el riesgo de que “la inclusión de Ceuta en el espacio Schengen podría afectar a las relaciones diplomáticas entre España y Marruecos”. En caso de empeoramiento se teme que habría que hacer frente a “una relajación del control de las fronteras por parte de las autoridades marroquíes, lo que supondría un incremento en la inmigración procedente de dicho país”.
“Sin la cooperación marroquí en la vigilancia contra la inmigración irregular impidiendo que los inmigrantes intenten alcanzar las fronteras de forma irregular, o sin sus periódicas operaciones de desalojo en los montes de las cercanías de las ciudades autónomas, los asaltos a las vallas de Ceuta y Melilla o las entradas a nado serían mucho más frecuentes”, alerta el informe.
“El establecimiento de fronteras y una aduana a todos los efectos iría previsiblemente en detrimento del desarrollo de las zonas y ciudades marroquíes adyacentes y cualquier cambio debe tener en cuenta ese potencial impacto y establecer medidas precautorias que mitiguen sus efectos”, alerta.
La entrada en el territorio común sin asumir IVA e Impuestos Especiales lastra las ventajas que se aprecian a priori
¿Qué ventajas tendría para Ceuta sumarse a la Unión Aduanera europea y decir adiós a su condición de territorio franco? Según el informe de EY, depende. En buena medida, de si se opta, como quiere el Gobierno local, por mantener el IPSI y el resto del Régimen Económico y Fiscal (REF) especial o no.
“No implicaría necesariamente la aplicación automática de las Directivas del IVA e Impuestos Especiales, manteniendo la soberanía fiscal en tributación indirecta, y los operadores económicos y consumidores se verían beneficiados de una mayor agilidad en el movimiento de mercancías entre las ciudades autónomas, los Estados miembros y la península, ya que se suprimirían controles para-aduaneros como los de Sanidad Exterior”, expone el estudio.
Estos últimos se incrementarían para los productos importados desde terceros países y se suprimirían las Reglas de Origen, que podrían trasladarse a los acuerdos de libre comercio de la UE con otros Estados.
Además, las ciudades podrían conseguir el establecimiento de “una zona franca que permita la importación sin aranceles para actividades de fabricación” y cabría una “mejora de la competitividad y del principio de libre competencia en el seno de la UE con la eliminación de tratamientos arancelarios más favorables”, aunque el comercio de Ceuta y Melilla tiene “escasa relevancia” en el conjunto de la Unión (en la ciudad se importan de media mercancías por 236,2 millones y se exportan por 12,2).
Entre los inconvenientes se cita que la aplicación de aranceles podría encarecer algunos productos, algo que acentuaría el modelo monofásico del IPSI, que en caso de sobrevivir exigiría mantener aduanas de liquidación impositiva a falta de armonización con el IVA. También un presumible aumento de los costes administrativos y una “ralentización de la cadena de suministro”.
A juicio de ‘Ernst & Young’, la principal ventaja de que un territorio sea calificado como Región Ultraperiférica u otro estatuto equiparable es “que accede directamente a los fondos, ayudas y programas previstos para este tipo de territorios y que tienen como finalidad mitigar los efectos de los condicionantes geográficos, sociales y económicos presentes en los mismos”.
También “disfrutar de políticas específicas en diversas materias entre las que se encuentran la gobernanza, investigación e innovación, cambio climático, etcétera”. “Sin duda, uno de los aspectos positivos de la consideración de RUP será que Ceuta y Melilla podrán encontrar ciertas palancas de crecimiento en las citadas políticas”, estima la consultora.
Este desafío está, además, ligado al de incorporarse a la Unión Aduanera, ya que iría implícita sin, “necesariamente”, su entrada en el territorio de aplicación de la Directiva de IVA. Por lo tanto, Ceuta y Melilla, “aunque tendrían que someterse probablemente a un proceso de armonización, estarían en disposición de seguir aplicando tributos indirectos propios como el IPSI”.
En el lado de los inconvenientes estarían todas las ligadas a sumarse a la Unión Aduanera y “la necesidad de convertir dicho tributo en plurifásico al objeto de equipararlo al IVA”, que supondría “la consideración de sujeto pasivo por parte de operadores que, si bien realizan una actividad económica, ahora no tienen ninguna obligación en relación con este impuesto, con el consiguiente incremento de los costes administrativos”.
Desde un punto de vista “teórico”, Ceuta y Melilla forman parte del Acuerdo Schengen, pero en el momento de adhesión de España al Convenio se acordó la introducción de un régimen especial aplicable a controles los fronterizos de mercancías y viajeros con origen o destino a dichas ciudades debido a sus particularidades geográficas, económicas, políticas y sociales. Por ello, en caso de plantearse la supresión de ese régimen especial “resultaría necesario modificar las condiciones de adhesión del Reino de España al Convenio de aplicación del Acuerdo de Schengen” a través de una propuesta al resto de Estados adheridos que, como “modificación sustancial” requeriría del acuerdo del resto de las partes contratantes.
Libertad
Movimiento. La eliminación de la excepción en el Tratado Schengen permitiría, de entrada, “abrir las fronteras interiores entre Ceuta y Melilla con el resto de Estados miembros, lo cual facilitaría la circulación de personas”, pero ello conllevaría el riesgo de generar “un problema de inmigración a escala internacional”, así como generar una suerte de ‘efecto llamada’ para la inmigración irregular “para tratar de introducirse en las dos ciudades, pues el éxito en su objetivo permitiría una libertad de movimientos hacia otros Estados”.
Controles
Dinero. Entre las ventajas de la supresión de la exención de visado para algunos marroquíes está un mayor control fronterizo y una implicación de la UE superior, pero con el inconveniente de que habría que exigir al resto de Estados miembros aportaciones económicas adicionales.
Política
Europeidad y relaciones exteriores. El paso “reforzaría el estatus europeo” de Ceuta y Melilla y, políticamente, según EY, lanzaría “un claro mensaje tendente a reforzar su europeidad”, pero podría afectar a las relaciones entre España y Marruecos, recién restablecidas en el inicio de una “nueva etapa” y, colateralmente, perjudicar la cooperación del Reino alauita para el control migratorio.
El Gobierno de Melilla ha instado este lunes al Gobierno a que acuda a la…
Un tabú que pesa y que se arrastra sobre niños que aún desconocen la sexualidad.…
José Juan Romero, entrenador de la Agrupación Deportiva Ceuta, ha mostrado su indignación en sus…
Los alumnos del grupo de mañana del segundo curso de Educación Infantil del Campus Universitario…
El yacimiento protohistórico de la Plaza de la Catedral ha sido el protagonista de una…
El Ministerio del Interior ha hecho balance de las entradas de inmigrantes registradas en España…