Han dado un adiós, aunque no el último. Han sabido que, en realidad, este acto no es una despedida en sí. Han finalizado su etapa en el conservatorio ‘Ángel García Ruiz’ de Ceuta, un centro que ha acrecentado su pasión por la música y del que se han llevado otra familia.
Este miércoles, arropados por sus seres queridos, han interpretado melodías por un motivo especial. Han celebrado su graduación, una ceremonia de clausura cargada de emociones y, sobre todo, de este arte.
Instrumentos en mano, los recién titulados han tocado para el público un repertorio variado que va desde el pasodoble español hasta una pieza de la banda sonora de Cinema Paradiso, de Ennio Morricone.
Elevar el alma
Javier Bernal, director del conservatorio, ha iniciado el evento con unas palabras dirigidas a estos músicos. Esta expresión artística es, para él, “un lenguaje” que revela lo más profundo del ser interno y “que conecta con lo divino”.
Se ha servido de la reflexión de su amigo José Ignacio Béjar para manifestar que, esta disciplina, es un vehículo que “eleva el alma” tan solo con hacerla vibrar a través de cuerdas o aire.
Ha asegurado que dejan este ciclo “con conocimientos que perdurarán para siempre” y les ha dado la enhorabuena. “Felicidades a todos. Esta es una de las cosas más bonitas que os puede ocurrir en la vida”, ha detallado.
Ha hecho alusión a uno de los presentes. “Llevo tiempo impartiendo clase y han pasado muchos por mi aula. Él ha dejado huella”, ha señalado. “Siente un gran amor por la música inculcado por unos padres excelentes”, ha enfatizado.
Dúos y otras actuaciones
Ana Martell, Pedro Blanch, Rocío Marín, Irene Molina, Rafael Esquivel, Luis e Idelfonso se han desplazado hasta el escenario para ofrecer una actuación en la que han estado en solitario, por parejas o en grupos. Han disfrutado de esta pasión compartida con otros compañeros y con profesores del centro.
Las primeras notas al teclado, se han sustituido por otros sonidos más serenos o rítmicos en función de las piezas. Ha habido melodías para todos los gustos. Los asistentes han recibido de buen grado todo el concierto, un espectáculo que no ha estado exento del calor del verano.
“Este es un acto único y muy gratificante. Después de diez años de aprendizaje, los docentes y los tienen mucha afinidad con los matriculados”, ha destacado Javier Marfil, jefe de estudios del conservatorio. “Se crean vínculos familiares”, ha trasladado. De hecho, se han dado casos de seres queridos que han asistido juntos a las lecciones.
Alumnos
“No solo hay alumnos que empiezan a los ocho y se van con dieciocho. Están los adultos que finalizan a una avanzada edad. Es igual de reconfortante que lleguen a este punto, sobre todo, por tener que simultanear el trabajo con esta preparación. Es un mérito su esfuerzo para terminar la formación”, ha comentado.
“Es de agradecer lo que han hecho los allegados aquí presentes. Toda su dedicación y todas las veces que han venido a recogerlos desde pequeños. Los hemos visto crecer. Es para nosotros un orgullo inconmensurable que se gradúen”, ha mencionado.
A partir de este miércoles, toman caminos diferentes. Algunos han apostado por continuar con su enseñanza y otros van a optar por otras salidas. “Este año algunos han realizado las pruebas de acceso al superior en Granada. Dos de ellos han ido a examinarse”, ha especificado.
“Todavía no sabemos cuáles son sus calificaciones. Esperamos que obtengan buen resultado. Algunos van a continuar con su trayectoria profesional más allá del conservatorio”, ha explicado. Ellos han finalizado esta década de instrucción. Ahora es el turno de los que están por llegar. Es más, para el próximo curso, ya hay 70 ceutíes que han enviado sus solicitudes al centro.