“Quiero justicia y no pararé hasta que los asesinos lo paguen”

Dafne de la Peña, hija de Juan Antonio de la Peña, el estilista asesinado en la Peluquería Yuventu, solicita una actuación decidida de las autoridades para detener a los sospechosos cuando se va a cumplir un año y medio del crimen. La joven sopesa una recogida de firmas y convocar una manifestación.

El próximo miércoles se cumple un año y medio del hallazgo del cadáver de Juan Antonio de la Peña, el conocido estilista al que asesinaron en su propio establecimiento, ‘Peluquería Yuventu’, en la calle Marqués de Santa Cruz. Un crimen que conmocionó a los ceutíes, puesto que De la Peña era muy querido.
Su hija, Dafne de la Peña, continúa su lucha para que los verdugos de su padre paguen por lo que hicieron. “Te pones a pensar y el tiempo vuela: dos, tres, cuatro años... A los 25 años prescribe y ya está. Entonces, ¿qué van a hacer con los asesinos? Yo tendré a mis hijos, que no conocerán a su abuelo. No lo veo justo, por eso quiero que se haga justicia”, reflexionó esta joven de 25 años.
–¿Cómo está un año y medio después de lo ocurrido?
–Solo quien ha perdido a una madre o un padre puede entenderme. Pero, cuando ese ser querido ni está mayor ni sufriendo y le arrebatan la vida de esa manera, sin ningún porqué, de forma premeditada, con ensañamiento... Es muy duro. Pero no me queda otra. ¿Qué hago? ¿Me vengo abajo? Entonces es cuando lo voy a perder todo.
–Desde el primer momento se habló de dos sospechosos.
–Saben quiénes son los asesinos. La Policía recogió huellas. El local estuvo tres meses cerrado con todo tal y como estaba: revuelto, con la sangre... Contraté un abogado porque no sabía qué hacer. A los cinco meses estaba bajo secreto de sumario. Yo pedí la grabación de las cámaras de Correos y de los locales de al lado con videovigilancia. En ésta se ve quiénes son los asesinos y que mi padre estaba con ellos. Hay testimonios de personas que han declarado en el juzgado que les vieron. Las últimas personas que salieron de la galería –donde está la peluquería– fueron estas personas y mi padre no... Blanco y en botella.
Si saben quiénes son, ¿por qué no les arrestan? Que hagan lo que sea. El dolor no me lo van a quitar, pero me voy a quedar más tranquila por la parte que me toca, que es mi padre. Solo pido que no se olviden, que se haga justicia y, por favor, que cojan a los dos asesinos de mi padre. No pararé hasta que paguen por lo que han hecho.
–Se da la circunstancia de que habrían huido a Marruecos.
–Supuestamente, al terminar de matarle, dejaron el local y cruzaron la frontera. Ellos tampoco son tontos, no van a volver al mismo sitio sabiendo que, al principio, sonaba tanto lo ocurrido. Al estar en Marruecos, la Policía no puede hacer nada. Dicen que si hay un convenio... Pero allí dicen que no pueden entrar. Están esperando a que ellos –los sospechosos– entren en Ceuta.
–¿Qué está haciendo para que el caso no se apague?
–Con la recogida de firmas en Change.org pido una actuación decidida de las autoridades para detener a los asesinos de mi padre. Ya llevo cerca de 2.000. Pero estoy dispuesta a llamar a la Interpol. Estoy pensando en recopilar firmas por la calle para entregarlas donde sea e, incluso, una manifestación para que los ceutíes salgan a la calle porque es importante. No hay seguridad en Ceuta en la calle. Me ha pasado a mí, que es mi padre, pero le puede pasar a otra persona y que sea su hija.
La investigación está cerrada. Yo iba a ir al Consulado de España en Tetuán para ver si, denunciando en la Comisaría en Marruecos, puedo hacer algo. Pero claro, es otro país...
–Tengo entendido que usted se cruzó con uno de ellos.
–Todos los días recogía a mi padre a las 21.00 para acercarlo en coche a su casa. El viernes –antes del crimen– estaba yo en la peluquería a las 20.45 cuando entró uno de los asesinos. Cuando le ví... Eso de que te da un pálpito; las pintas que tenía no me gustaron. Me dijo que no le esperara y me fuí. Después del fin de semana en el que ocurrió todo, me decían que le habían visto con una persona cuya descripción coincidía con la de este fulano... Yo coincidí con él, me lo crucé. Él entraba y yo salía.
Y en la Feria, estaba dando una vuelta con mis amigas, y le ví sobre las 00.00. Me dije: Es él, ¿qué hago? Es una sensación que no sé cómo explicar, como si te despertaras de una pesadilla. Me fuí a mi casa llorando y después a la Comisaría donde lo expliqué. Ni la Policía sabía que estaba aquí. Ha pasado una frontera siendo asesino, fue a la Feria con toda la gente y la Policía. Bajé con cuatro agentes sobre las 3.00 pero ya no le vimos por ningún lado.
–¿Cómo recuerda a su padre?
–Hablo de la parte mala y me emociono, pero hablo de la buena... Y me entran ganas de llorar. Siempre era muy risueño, con una sonrisa en la boca. Nunca veía el lado negativo de las cosas. A quien le pregunte, le dirá lo mismo. Mi padre es muy conocido en Ceuta, el 80 por ciento de la población de la ciudad le conoce. Todos coinciden en que era muy alegre. La vida personificada. Por eso, también, me apena que haya pasado lo que pasó sin motivo alguno. Porque él era las ganas de vivir. Con 54 años parecía más joven que yo. Me decía: ‘Disfruta de la vida’. Era un alma joven y siempre lo ha sido... Pero me lo quitaron. Teníamos una relación más allá de padre e hija. Era mi padre, mi amigo, mi hermano... Lo era todo.