Con menos de cinco horas de diferencia se quemaron en la noche del domingo al lunes un total de cuatro vehículos. El primero de ellos fue alrededor de las once de la noche en la calle Fuerte de la Barriada del Príncipe Alfonso, donde se dio la circunstancia que fueron los vecinos quienes apagaron las llamas. A pesar de ello se había activado el protocolo para este tipo de circunstancias y en primer lugar subieron los integrantes de varios zetas del Cuerpo Nacional de Policía y luego llegaron los miembros del Servicio de Extinción de Incendios, pero, en esta ocasión, la colaboración ciudadana fue importante.
No había avanzado mucho la madrugada cuando resulta que dos automóviles ardieron en un aparcamiento en batería que se encuentra justo enfrente del matadero municipal en plena calle Teniente Coronel Gautier. Desde luego, no estaban ni escondido, más a la vista, imposible. Uno de esos vehículos era completamente nuevo. Se da la circunstancia que las llamas de uno llegaron hasta el otro, afectándole de manera importante.
Y alrededor de las cuatro de la madrugada, una motocicleta en pleno centro, en la calle Alvarez, y también fue apagada por los vecinos, lo que no quita que la dotación del Servicio de Extinción de Incendios llegó a los pocos minutos.
El mismo delegado del Gobierno dijo ayer (ver información en las páginas 2 y 3) que es una de sus mayores preocupaciones y que había dado instrucciones a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad de mejorar en todo lo posible los resultados, porque no deseaba que quedaran impunes todo este tipo de delitos.
En la entrevista que Francisco Antonio González Pérez mantuvo hace unos días con el jefe superior de Policía, José Luis Torres, ya estuvieron analizando las distintas causas que llevan a la quema indiscriminada de automóviles que se está dando desde hace unos años en nuestra ciudad, pero lo que si tienen claro en esta nueva etapa de la Delegación del Gobierno que no queda más remedio que buscar soluciones de manera definitiva para que no haya sensación de impunidad.