La Consejería de
Medio Ambiente y Servicios Urbanos, a través de la concesionaria del servicio de limpieza pública viaria, la empresa
Trace, ha repuesto ya 157 contenedores que fueron
calcinados de manera intencionada el pasado año 2020. Cifra a la que se suman las 457 unidades registradas en 2019 y las 64 correspondientes al año 2018. Conforman una estadística vinculada a los delitos de daños causados por aquellos que han dado forma a la mal llamada cultura del fuego, haciendo un daño a la ciudadanía porque se ve con pérdida de depósitos y a las propias arcas por el dinero que cuesta reponerlos. La reposición de cada uno de los contenedores quemado o afectado por actos vandálicos supone un desembolso económico de entre 300 y 1.362 euros, en función de las características de la unidad dañada. Así, en 2018 la Ciudad empleó 32.172 euros en dicha reposición; 234.652 en 2019 y casi 85.000 en 2020. En total: unos 353.000 euros. La Consejería de Medio Ambiente continúa trabajando de manera coordinada con la Policía Local y con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado para frenar estos frecuentes e insostenibles episodios de vandalismo y, al mismo tiempo, desea realizar un llamamiento a la concienciación para evitar tanto el menoscabo a las arcas públicas como el perjuicio causado a la ciudadanía. Y es que esta ‘moda’ particular no cesa. Este recién estrenado 2021 ha seguido habiendo incendios, destrucción de contenedores de todo tipo hasta el punto de producirse una carestía de los mismos en varias barriadas de Ceuta. Y es que la empresa se vio obligada a redistribuir los contenedores por las distintas zonas ante la falta de los mismos, por la intensidad y constante quema que se estaba llevando a cabo y que impedía reponerlos con la rapidez debida. Se vuelve a pasar por la misma pesadilla con lo que se presentan como auténticos atentados viarios contra el bien común.