Este año ha sido diferente. Desde marzo a prácticamente finales de junio no se pudo salir de Ceuta (solo aquellos que tuvieran autorización), por lo que el puerto de Ceuta, infraestructura básica en la ciudad, no fue tan utilizado como es de costumbre para llegar a la Península, en concreto a Algeciras. Pero una vez levantadas las restricciones del estado de alarma, ya se puede viajar. Y con ello llegan viejos problemas que siguen siendo muy actuales.
Uno principal es el de la temperatura. Con niveles ya muy altos, rozando o superando los 40 grados en muchas ocasiones en Algeciras, son muchos los ciudadanos que muestran su queja estando en el puerto andaluz, esperando a coger el barco para llegar a Ceuta. Es algo que se repite con los años y, sin embargo, no se corrige.
"Como cada verano, vuelve el calor para los viajeros que cruzan por el puerto de Algeciras", expresa un ceutí a este periódico, que también se acuerda que ese mismo calor lo sufren los trabajadores del puerto. El calor es normal, nada se puede hacer ante las temperaturas propias a estas alturas del año, pero mitigarlo sí se puede hacer. Por ejemplo, con sistemas que no hagan que esas temperaturas sean insoportables en el puerto algecireño.
Aires acondicionados, sistemas que puedan refrigerar la Estación Marítima... los ciudadanos piden soluciones para no tener que soportar el calor veraniego de esa manera, pero las soluciones no llegan. Recuerdan algunos ceutíes que el año pasado se llegó a colocar unos ventiladores en los techos para intentar frenar un poco el calor. "Este año también habrá otra obra magistral y titánica para sofocar el calor", expresa un ciudadano harto de que cada año ocurra lo mismo.
La realidad es que los afectados sufren un calor que en función de la hora en la que se encuentren en el puerto. La falta de servicios que puedan sofocar esas temperaturas provoca que sean los ciudadanos los que lo paguen. 40,6 grados se han llegado a registrar, según muestra en su queja esta persona. La espera en el puerto para acabar llegando a Ceuta se puede convertir en un calvario.