Entre los spot publicitarios que utiliza ASISA para captar clientes hay uno que reza así: “PORQUE CUIDAR DE LOS QUE TE CUIDARON ES ESTAR EN TODO”.
Pero se les ha olvidado hacer una salvedad en la que especifiquen: excepto para los hijos/as de padres residentes en Ceuta y que como único servicio sanitario les cubre una póliza de ASISA por ser funcionario público de la Mutualidad del Instituto Social de las Fuerzas Armadas (ISFAS).
A mí, por encontrarme en esas circunstancias, esta compañía no ha puesto a mi alcance los medios necesarios para cuidar a mi madre, como se merecía, cuando estaba en el lecho de muerte. Y en la indefensión más absoluta, he tenido que acudir a otros servicios sanitarios que sí han estado en todo.
Ella, tras quedarse viuda y comunicarle desde el ISFAS la modalidad asistencial a la que podía optar, pensó que ASISA le aportaba una cobertura más amplia que la que podía proporcionarle otra compañía o la Seguridad Social y decidió elegirles a ellos. Y erró en su pensamiento, pues viviendo en Ceuta eso no es cierto.
Y para más inri, como uno no puede programar su muerte, le llegó el final de sus días un domingo por la tarde. El único recurso disponible que tuvimos ese día fue la atención de un doctor que, desde Madrid, nos atendió telefónicamente. Tras varias conversaciones, en las que le iba relatando como se agravaba el estado de la enferma, de edad muy avanzada, le rogué que acudiera un médico a valorar la situación y a ayudarla a morir con la mayor dignidad posible. Me comentó que únicamente podía enviarme una ambulancia, con dos camilleros que la trasladarían al Hospital Universitario, pues en fin de semana no se dispone de facultativo para visitas a domicilio, aunque el caso sea de extrema gravedad, como era éste.
Es decir, lo máximo que ustedes nos permitían a los hijos de los que había cuidado esta buena madre, era someterla a un tortuoso traslado y que –muy posiblemente- falleciera en el camino. En mi opinión, y siguiendo su lema, no puedo calificar su servicio de ESTAR EN TODO. ¿No les parece que deberían mejorar la cobertura que ofrecen a sus clientes residentes en Ceuta y que tienen la desgracia de no poder contar con otra asistencia sanitaria? Si no lo consideran así, al menos varíen su lema y expliquen que en esta ciudad, tan española como cualquier otra del territorio nacional, sus asegurados gozan de una categoría de segunda clase.
En los dos meses en los que a mi madre se le ha complicado su estado de salud, hemos sufrido dos episodios desagradables, en los que ASISA ha dejado mucho que desear. En ambos casos, gracias a la responsabilidad y humanidad, que ha demostrado el personal del 061 –servicio que, insisto, no le correspondía a mi madre, por ser viuda de militar y por tanto no usuaria de la Seguridad Social- pudimos atenderla como se merece un ser humano, que se encuentra en situación terminal y además es –como ya he comentado- de edad muy avanzada.
El día de su defunción y tras la negativa que acabo de relatar, acudí desesperada al servicio de emergencias y –haciéndome constar que no les correspondía efectuar ese servicio- en menos de diez minutos se personó en mi domicilio un equipo de tres profesionales, que con eficaz inmediatez valoraron la situación y con inmenso cariño ayudaron a mi madre a tener una muerte serena, en su domicilio, en su cama y rodeada de los suyos, a los que también trataron de consolarnos en el duelo que estábamos viviendo.
Por ello quiero agradecer y manifestar públicamente, a través de la oportunidad que me ofrece este medio, la categoría profesional del coordinador Dr. Fabián y de los facultativos Dña. Mª José Martinez, así como a D. José Luís Carmona y a su equipo, que en ambas ocasiones fueron los artífices de que mi madre recibiera la atención que necesitaba y que desde la Compañía ASISA nos negaron.
En el primer episodio, después de un sin fin de llamadas de un número de teléfono a otro y de personarme en la Clínica Septem, teniendo la sensación de que jugaban conmigo como si fuera una pelota de tenis, mientras el tiempo corría en detrimento de la salud de mi madre, me negaban el servicio de ambulancia, pues en ese caso un médico de ASISA aconsejaba su traslado al Hospital Universitario. El segundo, ocurrió un mes después y como he relatado anteriormente, sucedió el día de su fallecimiento.
ASISA, como empresa, puede seguir publicitando eslóganes maravillosos, cuyos objetivos cumplirán en otras ciudades, como ocurre en el Hospital del Ángel de Málaga, al que siempre que hemos acudido el trato, el cuadro médico y la asistencia de todo el personal implicado, han sido extraordinarios.
Yo, desde mi calidad de hija de una usuaria de ASISA, residente en Ceuta, tras trasladar mis quejas a las entidades implicadas, quiero hacer saber a todos los asegurados que les cubra una modalidad asistencial como la que tenía mi madre, la situación que he sufrido, con el único fin de evitar sufrimiento al enfermo y semejante sensación de impotencia e indignación a los hijos o familiares que estén a su cargo. Espero que entre todos consigamos que mejoren las condiciones.