Un verano más. La explanada del Chorrillo ha vuelto a llenarse de vida de la mano de los puestos de salazones y secadores de pescado, que ya se encuentran abiertos al público para la venta de estos productos.
Fue el 15 de mayo cuando iniciaron la temporada, aunque no sin ciertas dificultades, ya que no encontraban género para comercializar, tal y como cuenta Rafael Pérez, presidente de la Asociación de Salazones de Ceuta y dueño del puesto ‘Volaera Fali’.
Sobre ello, manifiesta que “estuvimos en Mercamálaga buscando a ver si nos mandaban algo de bonito, de Marruecos no entra nada y teníamos que depender de buscar algo porque si no, para qué queríamos poner esto”.
Así estuvieron en torno a 10 o 15 días “que no entraba nada”, hasta que hablaron con unos vecinos de Ceuta que les traen productos de Mercamálaga y “después la Almadraba empezó a trabajar y también estamos comprándole a ellos”, asegura Rafael Pérez.
Ahora, un mes más tarde, están encaminados y en los diferentes puestos se pueden encontrar bonitos, lomos de bonito, la hueva que sale, agujetas imperiales, mohama de alistao…
Respecto al precio, Pérez expresa que “los lomos los estamos vendiendo a 5 euros porque el pescado nos está saliendo muy caro. Lo estamos comprando a 14 y 15 euros”.
Aún así, cuenta que el precio se ha mantenido sobre el de 2023 a pesar de que ellos lo están comprado algo más caro.
Son muchos años los que estas personas llevan trabajando para mantener una tradición que es milenaria y aunque han pedido ayuda a la Ciudad para poder continuar, aseguran que no se les concede.
“Decir están diciendo mucho, pero ayudar, ayudan poco”, lamenta este vendedor.
Y es que, a pesar de mantener reuniones entre ambas partes, a través de las cuales desde la Ciudad les han manifestado la intención de poner unas banderolas y unos puestos, ellos lamentan “que hay muchos puestos ambulantes y también vienen los turistas y no los traen aquí”.
“O quieren que se pierda esto, o yo no sé. Cuando faltemos ‘los 4 viejos’, se perderá esto”, añade Rafael Pérez.
A pesar de estos señalamientos, ellos siguen luchando por mantener esto año tras año e intentando ofrecer los mejores productos, sobre los que nos han contado cómo se preparan.
Pérez detalla, por ejemplo, que una vez que compran el pescado, “hay que meterlo 24 o 48 horas en el congelador. Después se saca, se corta, se lava bien y ha tenerlo 4 o 5 días hasta que se seque, estando muy pendientes de ellos” para que estén en perfecto estado.
Por todo ello, invitan a los ceutíes a acercarse a este lugar y “comprar a nosotros y así podremos poner esto un poquito mejor”.
Los puestos se encuentran abiertos prácticamente todo el día, de 7 de la mañana a hasta 10 de la noche, por lo que no hay excusa para no acercarse y probar los volaores.
El gobierno a engañado a todos los salazoneros y a todos los caballas.