El
PSOE de Ceuta ha presentado un paquete de observaciones a la memoria sobre la
municipalización de la
limpieza viaria, por cuya gestión directa apuestan los técnicos de la Ciudad, con el que cuestiona sus números y concluye que no solo es “inverosímil” creer que se puede
mejorar el servicio desde lo público sin gastar más en el mismo asiento contable, sino que afirma que revisando las cifras “la balanza se inclina en favor de la indirecta”. Su rotundo posicionamiento, con el que se desmarca del tradicional posicionamiento ideológico de la izquierda a favor de la gestión pública, llega cuando el líder de los socialistas ceutíes, Juan Gutiérrez, todavía no anunciado qué hará si, con la mayoría a favor garantizada en el Pleno aun sin el PSOE, se municipaliza
Trace, donde es encargado general por designación de los que hasta ahora han sido sus patronos. Mientras resuelve la ecuación y difunde el resultado, Gutiérrez solo ha avanzado que se abstendrá en la votación definitiva sobre la gestión directa, gesto que en realidad no es dadivoso sino un deber recogido en el Reglamento de la Asamblea. En el Comité de Empresa se hizo caso omiso a su demanda de un referéndum sobre la municipalización, pero el PSOE cree que todavía puede dinamitar el expediente desde el Pleno. Para ello apela a que los trabajadores deben seguir cobrando el plus de vinculación a las bonificaciones empresariales a la Seguridad Social que desaparecerán (una paradoja que el Gobierno ha asegurado que encajará), que no se explica “suficientemente” cómo se
mantendrá en lo público el régimen de acceso a los puestos a jornada completa (el Ejecutivo ha dicho que se aplicarán los
principios de transparencia, mérito y capacidad ponderando la experiencia) ni la prelación del personal de fin de semana (ya ordenado por Trace). Además, el PSOE cuestiona que esos trabajadores pudieran ser 'adelantados' por otros como los de las Brigadas Verdes y dice no entender que los técnicos no computen los servicios complementarios que prestarían plantillas que ya paga la Ciudad (como la de la FPAV u Obimace) como sobrecostes. “Lo que se pretende con la municipalización del servicio es su mejora manteniendo el mismo coste, lo cual resulta inverosímil”, razonan los socialistas, que ven inviables detalles técnicos como rastrillar las playas a al menos 30 centímetros de profundidad, endosar al servicio la limpieza de algas que se ha venido abonando a Tragsa, duplicar los baldeos o segregar la recogida de desechos orgánicos sin más contenedores. El PSOE no ha incluido en su ecuación la posible reducción del absentismo que se da en Trace (un 16%) o la exigencia en el cumplimiento de horarios y deberes que se ha empezado a aplicar durante las últimas semanas con la apertura de decenas de partes. Muy al contrario, en Daoiz estiman que los cálculos del coste de la gestión indirecta sí están fetén y que las disfunciones a la baja detectadas por Intervención en el beneficio industrial de Trace (unos 110.000 euros al mes según sus certificaciones de verano) son nimias, pero que haciendo bien los números “lo atractivo para la economía local entre la directa y la indirecta, desaparece e inclina la balanza en favor de la indirecta”.
La encrucijada de Gutiérrez
Gutiérrez tendrá que elegir si se crea una nueva empresa municipal para gestionar la limpieza entre su acta como diputado y su trabajo, hasta ahora como encargado general. La legislación establece que es incompatible ser empleado público y concejal del mismo municipio. Para mantener sus retribuciones de algo más de 75.000 euros netos anuales en 2023 deberá compensar en política los 50.474,76 que percibe en el sector privado. Dejó pasar el tren de la Vicepresidencia Primera de la Asamblea (79.900) en favor de Melchor León recién llegado a la Asamblea. También la posibilidad de convertirse en portavoz con dedicación exclusiva (con idéntico sueldo, pero ya inviable según fuentes gubernamentales). Además, al secretario general de Daoiz se le ha frustrado también el plan de convertirse en consejero y, parece, el de retorcer políticamente el brazo del PP para abortar el cambio de gestión de las basuras. Podría descabalgar a León, miembro de su círculo más estrecho de confianza, pero en su entorno se apuesta más por una salida hacia la Delegación (donde ya están entre otros el resto de sus manos derechas: Cristina Pérez, Rafael García y Gonzalo Sanz, a quien postulaba a director general de la Ciudad), buscar curro en el sector privado o incluso agarrar un salvavidas de Madrid.