A pesar del compromiso de la Ciudad, no han recibido la partida aprobada y las deudas los ‘ahogan’
Fue uno de los compromisos de la Ciudad en el último Pleno de la Asamblea, el celebrado el pasado mes de abril: abonar la subvención que el Gobierno concede a la Protectora de Animales. Un compromiso que, a día de hoy, sigue sin hacerse efectivo, ante la desesperación de los voluntarios que intentan sacar adelante a los casi 300 animales (entre perros y gatos) que acogen en sus dependencias. Y es que a un mes de entrar en el segundo semestre del año, esta asociación no ha percibido la más mínima ayuda para soportar los numerosos gastos derivados de su actividad. Una situación que ya roza la desesperación más absoluta. “Tenemos que pagar las nóminas y los seguros sociales de los trabajadores, facturas veterinarias, el pienso, el serrín para los gatos, productos de limpieza... Nos han fiado en muchos sitios, pero tenemos que pagar ya porque hay que darles de comer a los animales y va a llegar un momento en que ya no nos van a fiar más”, se lamenta la presidenta de la Protectora de Animales, Montserrat Fernández.
Casi 300 animales dependen de una ayuda económica que esperan desde hace meses
A los numerosos gastos que sigue arrastrando la asociación, se suma el crédito que fue necesario solicitar para cubrir el reciente viaje a Francia, donde se trasladaron un total de 83 animales. “Tenemos la cuenta en negativo y nos van a pasar ese cobro. La situación es insostenible”. Mientras las deudas continúan ahogando a la Protectora de Animales, la Ciudad Autónoma argumenta que se sigue trabajando. “A pesar de estas palabras, no sabemos si nos pagarán el próximo jueves o dentro de un mes. Hasta entonces, ¿qué hacemos?”. La Protectora vive una de las etapas más duras a nivel económico. Saben que se encuentran al límite de no recibir más productos de primera necesidad fiados, tanto de sus proveedores como de las clínicas veterinarias donde han trasladado algunos casos que en sus instalaciones no han podido atender. Una desesperante situación a la que ha llegado la entidad por el retraso de un pago del que depende la vida de casi 300 seres vivos.