Me niego a pensar que los seres humanos no tenemos capacidad de evolución cultural y que no seremos capaces de alcanzar las cotas de entendimiento que provoque nuestro necesario ascenso ético. Tampoco creo que avancemos en este cometido cantando constantemente nuestras maravillas y todo lo que hemos alcanzado con nuestra sobrevalorada civilización.
Desde luego no parece que sea una gran idea atacar a los que no piensan como nosotros y mucho menos deseo culpar de todo a las intrigas invisibles que se mueven entre las sombras de los poderes. No niego la existencia del mundo de los opulentos frente al de los desheredados pues los acontecimientos injustos y desequilibrantes nos rodean y forma parte de nuestras realidades pero siento que con este discurso solo ahoyamos una parte del problema humano.
Como ya es habitual en nuestro discurso confiamos a la excesiva demografía humana una gran proporción de los grandes desequilibrios que provocamos en los territorios en los que habitamos. Y por si fuera poco un desarrollo cerebral desmesurado es causante de no pocos problemas de aceptación de ciertas realidades que nos conciliarían con el planeta y también con nuestra propia naturaleza de la que somos más beneficiarios que esclavos a pesar de lo que muchos puedan llegar a pensar. Los límites de lo humanamente concebible sin enloquecer o marchitarse están bien asentados en la historia del pensamiento humano y pongo a Kant y Spinoza por dos exquisitos testigos de la auto-aceptación de la propia humanidad.
Por estos motivos y muchos más con los que no deseo aburrir a los sufridos lectores he tenido la ocurrencia de parodiar al grandísimo satírico mordaz y polemista incansable Jonathan Swift (autor de los viajes de Gulliver) del cual se indica que estaba tan desencantado con la sociedad de su tiempo que se lanzó a una cruzada sádica fustigando a la humanidad con sus escritos para conseguir su enmienda, no gratuitamente era clérigo. El caso es que todo esto de la política profesionalizada y sus clientes y fanáticos seguidores ofrece amplias posibilidades de desarrollo de las habilidades críticas en ciudadanos inhabilitados para seguir la simple corriente de la vida sin intervenir en los asuntos de común incumbencia. Hay personas inadaptadas a continuar como si tal cosa con los sórdidos espectáculos a los que nos están acostumbrando los poderes y sus afines y por ello se tendrá que reservar un ala especial de la institución que seguidamente se propondrá para que estos opinadores compulsivos como nosotros también tengan su sitio destinado a la desintoxicación crónica de sus mentes.
Además, a la vista de que es prácticamente imposible hallar en el discurso político local algún atisbo de reformismo institucional o comentario inteligente sobre la cultura, los recursos naturales o el medioambiente nos parece apropiado la proposición que aquí se expone. No obstante, a diferencia del ácido discurso de Swift que solo pretende recluir a los que no tienen solución y tirar la llave, nuestra propuesta trata de ofrecer una alternativa de rehabilitación a aquellos que el autor de "Los viajes de Gulliver" tilda de incurables sin remedio. Para ello, intentaremos contar con unos modestos presupuestos asumibles siempre que estos sean consensuados por la población ceutí no recluida. Ceuta, cuenta además con una enorme tradición carcelera a lo largo de su historia reciente por lo que seguro que la reclusión, aunque sea por razones de salud mental y otras afecciones del alma, será muy del agrado del actual alcalde que con tanta devoción ha estado trabajando y apoyando la vuelta del penal a nuestra ciudad. Que bien se sentirá siendo el mismo un recluso y disfrutando de los trabajos necesarios para restablecerse de tantos años de abuso de la poltrona del poder político.
De manera general, nuestra ocurrencia trata de servir a la causa común de nuestro país dado el lamentable estado en el que se encuentra una parte significativa de la población. Los prebendados por el sistema de partidos son víctimas que terminan también afectando a no pocos ansiosos que no ven el día en el que ellos y sus allegados puedan también ser beneficiados con el maná ventajista que se otorga a los afiliados. Por ello, unas amplias aspiraciones o metas a alcanzar en nuestro teórico hospital serían las siguientes: cada recluso ingresado debe tener una libreta con mensajes de esperanza que incluyan a la naturaleza y la necesidad de su protección y otros que impliquen la obligación de leer las obras completas de los clásicos de la literatura mundial y los ensayos filosóficos más relevantes así como todas aquellas obras divulgativas que impliquen directamente abordar los conceptos económicos en clave planetaria; como se trata de una institución laica las obras religiosas no se prohíben pero son opcionales. Las generalidades incluyen constantes juegos deportivos y variadas actividades físicas de estilo artístico incluida la música que inspiren la cooperación entre iguales; establecer contacto con la naturaleza es básico para que los pacientes disfruten con sensaciones que desconocen así como las clases al aire libre sobre geología, botánica y faunística paseando por los alrededores de la residencia, también es de obligado cumplimiento escribir un diario al estilo de Nanni Moretti con el fin de aprender a vivir reflexionado poéticamente sobre el mundo. Estas generales reglas solo son una base para cualquier institución rehabilitadora pero cada una de ellas puede tener sus especialidades reconocidas.
Dentro de los departamentos especializados y contextualizados a las particulares dolencias ceutíes queremos destacar los siguientes: la planta de los políticos antediluvianos que surgieron en el principio del periodo vivascenience, e incluso antes, están afectados de manera genérica del delirio de imprescindibilidad, si bien en esto hay variantes, pues están aquellos que son bichos generalistas que pasan de puesto en puesto haciendo lo que sea para continuar existiendo políticamente, frente a los especialistas que se agazapan en un hábitat burocrático concreto. Dentro de esta segunda subcategoría existe una rara variedad que solo se desarrolla en los ámbitos muy sectarios y venenosos que muestra fuertes delirios de soberbia, grandeza e inclinación obsesiva por los títulos y puestos universitarios, en los casos más graves llegan a pensar que la universidad es de su propiedad. Lo peor es el denominado "contagio colaboracionista" del entorno universitario y sobre todo la envidia generada en otros compañeros de bancada que no merecen semejante trato discriminatorio y se pueden organizar bajo el lema "la universidad es de todo el partido".
El ala de los declarados abiertamente franquistas sea por locura, estupidez o bien por añoranza del ventajismo disfrutado sobre los demás es la zona más divertida y variopinta de todas pues coexisten en semejante confusión mental tanto cándidos personajes con sus escasas neuronas afectadas, o demasiado ocupadas en funciones fisiológicamente relevantes para reflexionar, como amargados sin solución que ahogan sus penas vitales con repugnantes nostalgias. Observarlos manifestándose cara al sol con sus banderas puestas resulta folclórico.
La más aburrida y fácil de mantener es el área de los aguafiestas y escritorzuelos críticos con los poderes, sobretodo porque son pocos y siempre están con el rictus de preocupación encima sin que nadie les haya solicitado sus pesados escritos; varios de nosotros ingresaríamos voluntariamente en tan necesaria institución. Hay más plantas pero por no torturar más a los escasos lectores finalizamos comentando que la prometida financiación de todo el tinglado podría encauzarse a través de una bolsa para fundaciones clientelares de todo tipo, como la que ya existe supuestamente, y de paso socializar los beneficios para que no solo redunden en el asambleísta número trece y sus clientes representados sino que también alcance al partido proponente y se le reconozca por fin el valor y la gran altura moral, equidad y capacidad negociadora desarrollada en tiempos de restricciones económicas, al margen de los que ya hacen trabajos semejantes y de la Agenda 21 local de Ceuta y su plan de acción, sin duda todo un logro social para enmarcar en los anales de aciertos estratégicos. Esperemos que algo pueda quedar para el conjunto de los afectados en la modesta proposición y se socialicen los beneficios del fondo para todo tipo de fundaciones y ocurrencias.
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