En la parte de atrás de un remolque, a una bicicleta sellado, viaja Keico, un pequeño perro que va camino de conocer medio mundo. Sin ir más lejos, estos días está conociendo Ceuta por pura casualidad, después de pasar cuatro jornadas perdido por Tánger.
Su compañero es Sel López, madrileño, afincado en Salamanca, aunque la mayoría del tiempo la pasa recorriendo el globo. Keico y él viajan juntos desde que la pandemia dio algo de tregua.
En su primera incursión en el extranjero, el perro desapareció: “Salía hacia Casablanca desde Tánger para solucionar un tema bancario y debió de saltar del remolque”.
Durante dos días vagó por la ciudad buscando a su compañero de cuatro patas. “Me dijeron que la gente solía sacar a los perros por la zona del paseo marítimo. Yo me sentaba en una cafetería y esperaba, pero no aparecía”, recuerda angustiado.
“Sin él no me voy”, pensó. Decidió dejar sus cosas en un “hostal”, y asentarse el tiempo que hiciera falta. “Di con un chaval que hablaba muy bien castellano y me dijo que justo se había encontrado un husky”, recuerda. “Prometió ayudarme”.
La llamada no tardó en llegar. “He encontrado a tu perro. Soy el chaval del paseo marítimo”, escuchó al otro lado del auricular del móvil.
Un desenlace que “no hubieran escrito ni los mejores guionistas”. Resulta que Keico estaba “con el hijo del primo de este chaval”. Al día siguiente se lo entregaron y, tras cerciorarse de que el sitio más cercano para acudir a su oficina bancaria era Ceuta, emprendieron juntos camino a la ciudad autónoma.
“Pasé unos días que no se los recomiendo a nadie”, reconoce López, que volverá a viajar por Marruecos con su perro muy pronto.
“Tenía la idea de ir desde Madrid a Tokyo, que era el viaje que iba a hacer cuando estalló el Covid-19. Entonces fue cuando me hice con Keico y ahora lo haremos juntos”, detalla el madrileño.
Sin embargo, en pleno invierno “no es aconsejable que se meta en países tan fríos porque a ocho grados ya tirita”. Por eso alargarán su transitar por Marruecos, antes de, “en primavera”, poner rumbo juntos a Asia, donde a buen seguro, Keico recibirá tantos mimos como habitualmente: “Es la estrella en cada viaje”.
ES EL CUENTO CON FINAL FELIZZZZZZZZZZ