El Gobierno de Ceuta está trabajando en un plan de inspección y revisión de la situación de los establecimientos con más riesgo potencial de la ciudad (en principio, los que se dedican al ocio y la hostelería y los de almacenamiento) para verificar que cumplen todas las medidas de seguridad y desarrollan la actividad para la que tienen concedida licencia.
Se trata de una medida en la que el Ejecutivo dice trabajar desde hace meses, pero que a ojos de la ciudadanía se ha revelado más necesaria que nunca tras lo sucedido en varias discotecas de Murcia.
De entrada es una buena noticia que tres departamentos como los de Fomento, Gobernación y Sanidad se coordinen para la ejecución de las inspecciones, que comenzará con visitas de la Policía Local a las que seguirán las de los técnicos de Urbanismo, del Cuerpo de Bomberos y, en caso necesario, del departamento que dirige Nabila Benzina.
La iniciativa no debe interpretarse como poner bajo sospecha a los sectores en los que se va a priorizar las actuaciones, sino como una medida acertada para garantizar la seguridad tanto de los titulares y trabajadores de los establecimientos como de sus usuarios y la Ciudad debe ser firme a la hora de exigir el cumplimiento de la normativa, especialmente cuando puede estar en riesgo la salud y seguridad de las personas.