En el turno de testigos que han tenido vinculación con el acusado por su trabajo en el colegio Ramón y Cajal la primera en declarar en la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta ha sido la tutora de la menor. Ha recordado que en su clase se daba Educación Física a primera hora del lunes. Ha indicado que el acusado, de agresión sexual a una menor, siempre le explicaba qué habían hecho y cómo se habían portado. Ha señalado que los menores suelen ir solos y no son acompañados porque suelen tener “autonomía”. Además, la tutora de la menor ha reflejado que no vio ningún comportamiento extraño y que el acusado siempre montaba la cola según se habían portado los pequeños.
Asimismo, la tutora ha señalado que la menor se había cortado un trozo del pelo, y que las compañeras de al lado se lo admitieron. Ella se lo hizo saber al equipo directivo y también a su madre que le contestó que no era algo “extraño” y que ya lo había hecho otras veces en la casa.
En el informe de final del curso, la tutora indicó que la menor había evolucionado durante todo el año, pero que el comportamiento era “muy cambiante” como todos los niños a esas edades. Ha detallado que era una niña “muy tímida” y que apenas “dialogaba”.
Además, para la tutora el comportamiento del acusado siempre ha sido “muy bueno” y de hecho le “encantaba” su forma de trabajar ya que ella a veces bajaba para presenciar las clases en directo. “Es raro que se lleve a una niña sola, y dejar a todos quietos en un lado sin que te sigan con esas edades”, ha expresado.
Otro de los testigos ha sido el otro profesor de Educación Física del ‘Ramón y Cajal’. Ha indicado que siempre llegaban antes para montar los circuitos para los menores de Infantil. Asimismo ha destacado que esa sala era visible para todos. “Pasan las limpiadoras, las personas que traen la comida para el comedor…”, ha dicho.
Además ha hecho hincapié en que los docentes de Educación Física no acompañaban a los menores para ir al cuarto de baño. Ha explicado que el acusado no utilizaba el móvil dentro del colegio, y que nunca podía contactar con él a través del teléfono porque “nunca” lo utilizaba. “Por mi experiencia, es imposible dejar a un grupo solo porque en apenas segundos se liaba”, ha detallado.
Otro en declarar ha sido un amigo del acusado. La Defensa le ha pedido que explicará por qué cuando la Policía realizó el registro en casa del docente, aparecieron unos calcetines de su hijo en una mochila. El testigo ha asegurado que se dejaban muchas ropas de deportes y que la prenda encontrada en el bolso era de su hijo. “Se la dejé, y no me di cuenta que había dentro unos calcetines”, ha finalizado.
El acusado marcó patrones "normales" sobre la sexualidad
Las últimas en declarar han sido las peritos que han hecho un perfil del acusado. Las dos ejercen cargo de psicóloga forense. Una de ellas ha señalado que su informe se ha basado en unas entrevistas al acusado sobre un cuestionario para percibir algún tipo de trastorno o patología. Asimismo ha detallado que según los datos que arrojan el acusado no ofreció una información inventada, ni utilizó la imaginación. En la exploración cognitiva está perfectamente y no tiene ningún problema mental, ni trastorno de la personalidad.
Sobre el patrón sexual, las peritos han detallado que no ha habido ningún trastorno normalizado del que se puede advertir de un riesgo y que marcó patrones normales. “Marcó una valoración de riesgo muy baja”, han explicado.