La magistrada titular del Juzgado de lo Penal número 2 condenó ayer al llamado A.E.M. a 3 años y once meses de prisión por un delito contra la salud pública que cometió el pasado 25 de julio. A varias millas al noreste de Punta Almina lo detuvo el Servicio Marítimo de la Guardia Civil cuando pretendía llegar a las costas peninsulares en una moto de agua que, previamente, había sido forrada de hachís. Y es que en distintos dobles fondos, los agentes del Instituto Armado hallaron hasta 86 kilos de esta droga que había sido perfectamente ocultada para la comisión del ilícito penal.
El ya condenado, natural de Marruecos, reconoció los hechos ante su señoría por lo que no se tuvo que celebrar juicio al haber una conformidad previa entre el Ministerio Fiscal y la Defensa. Se acordó que una vez haya cumplido los dos tercios de la condena o alcance el tercer grado, A.E.M. sea expulsado a su país con una prohibición de entrada en territorio español durante cinco años.
A los 3 años y 11 meses de prisión se añadió una multa correspondiente al valor de la droga, 145.032 euros y se ordenó la intervención de la moto de agua que se empleó para un pase finalmente abortado por los componentes del Marítimo. En la condena acordada se aplicó una agravante de notoria importancia, dada la cantidad de hachís intervenida.
De los hechos que ahora han tenido su oportuna resolución judicial dio cuenta en su día El Faro, haciéndose hincapié en la crónica de aquel momento en cómo el piloto quiso fugarse al verse sorprendido por los agentes de servicio. Una vez trasladados al puerto deportivo, se supo el porqué de su actitud, dado que pretendía evitar que le encontraran la mercancía que había sido repartida adecuadamente por los diferentes huecos que ofrecía este vehículo acuático. Se tuvo que requerir la presencia de los componentes de la Compañía Fiscal y Servicio Cinológico para dar con toda la mercancía.