Este martes, 1 de octubre, a las siete de la tarde, en la sala de usos múltiples de la Biblioteca Adolfo Suárez dedicaré una sesión-homenaje al actor francés Alain Delon, fallecido el pasado mes de agosto a los 88 años de edad.
Probablemente, aunque haya quien lo discuta, no ha existido ni existirá en la Historia del Cine un actor de la belleza que caracterizó al actor francés, una cualidad que nunca estuvo reñida con su indudable capacidad interpretativa: pocos intérpretes han sacado tanto partido a los silencios, a las miradas y, especialmente en su caso, al lado oscuro y ambiguo de su magnético atractivo, “la presencia del demonio bajo el aspecto de ángel, su dualidad y contradicciones”.
"Se trata una sesión-homenaje al actor francés Alain Delón, fallecido el pasado mes de agosto a los 88 años"
Tras unos inicios en los que se explotaba su físico en olvidables películas románticas, fue con la ya disfrutada en nuestro cine-club, “A pleno sol” de René Clément, en 1959, cuando su carrera dio un giro radical e imparable, siendo dirigido por algunos de los mejores directores europeos dentro y fuera de Francia (Visconti, Antonioni, Melville, Losey…). Pese a situarse en el espectro ideológico de derechas, curiosamente debe no pocas de sus cimas a directores de izquierdas, paradoja que se trasladó también a su vida personal, ya que uno de sus mejores amigos fue el exministro socialista de Mitterrand, Jack Lang.
La película que he elegido para homenajearle es la no muy conocida pero no menos importante “La primera noche de la quietud”, dirigida por el italiano Valerio Zurlini en 1972, cuya importante filmografía se reduce a tan solo ocho títulos, director muy sensible “empeñado en captar todos los matices del sentimiento amoroso, reflejando las contradicciones de un mundo dividido entre la exaltación romántica y una voluntad melancólica de autodestrucción generada por una profunda desesperación existencial” (Jean A. Gili), como demostró en las inolvidables “La chica con la maleta”, “Crónica familiar” y la que podremos ver en nuestro cine-club, donde Delon compone uno de los mejores personajes de su carrera.
Argumento: un profesor de literatura recala en Rominí para cubrir una baja en la universidad
Un profesor de literatura recala en Rominí para cubrir una baja en la universidad. Casado con una mujer que le desprecia, se enamora de una joven alumna llena de vida, belleza y cultura, pero envuelta en una relación con un chico turbio. Para Alberto Abuín, “La primera noche de la quietud es una desoladora visión sobre el amor y el sufrimiento que puede producir, al compás de la trompeta de la impresionante banda sonora de Mario Nascimbene, y de unos solitarios paisajes costeros (…), donde Alain Delon da una lección de cómo debe sostenerse un plano fijo mientras en su rostro contemplamos al mismo tiempo dolor y anhelo, decepción y esperanza, deseo y pensamiento”.
Estoy seguro de que será una película que gustará mucho a quien tenga a bien acudir a nuestra sesión de cine, siempre por delante, como por delante fue en todo momento el gran Alain Delon.