Las próximas elecciones a la Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos (FPAV) de Ceuta programadas para este próximo 8 de febrero ya tienen, oficialmente, a su primera candidata. Se trata de Rahma Mokhlis, presidenta de la barriada de Benzú desde hace cuatro años, quien ya anunció meses atrás su intención de presentarse y lleva meses preparando un proyecto integral gracias al ánimo y empuje de familiares, amigos y miembros del movimiento vecinal, quienes han visto en ella una buena opción.
Tras la presentación de sus documentos en la secretaría de la FPAV, donde le han informado que es la primera en presentarse, Rahma ha compartido con El Faro que su intención, de llegar a ser elegida, su objetivo es contribuir en la mejora del movimiento vecinal a través de un “cambio real”. Igualdad, interculturalidad real, voluntariado juvenil estarían dentro de sus prioridades, todo ello dotando a las asociaciones de recursos. También habla de transparencia.
Por otro lado, el actual presidente, Francisco García Segado, también ha confirmado a El Faro que en estos días hará el mismo trámite y se presentará, pues el plazo está abierto hasta el 18 de enero. Se desconoce si algún presidente más dará también un paso al frente.
Tendrán derecho a voto los más de 60 presidentes y presidentas de las barriadas caballas. Compañeros que, comenta la presidenta de Benzú, ya saben de su trabajo y voluntad, compañeros a quienes dará a conocer su proyecto de cambio para hacerles partícipes y que se sumen a su propuesta.
De ganar, Rahma sería la primera presidenta en la historia de la FPAV, algo que lejos de “quitarle el sueño” prefiere que quede en un plano muy secundario. “Me gustaría que eso de ‘la primera mujer’ quede en el olvido, no quiero que me voten o no por ser mujer. Es decir, ser mujer no debe ser ni un impedimento ni una ventaja. Me gustaría que me votasen porque vean en mí a alguien que quiere trabajar y mejorar la vida de las barriadas desde una perspectiva diferente, nada más”, concluye.
El interés de Rahma por el movimiento vecinal surgió casi de casualidad. Fue cuando, años atrás, se dio una orden de derribo a varias casas de Benzú. Los vecinos, cuenta, estaban desorientados y preocupados, sin saber qué pasos dar. La situación le impulsó a ayudar. “Nos reunimos varias veces y al ver que estábamos totalmente dejados tomé la decisión de liderar un poco toda esa situación. Me puse a trabajar con un grupo de compañeras, ahí fue donde empezó todo”, recuerda.
Ahora estos años le han valido para sentirse útil y reconfortada por el trabajo vecinal y, por ello, se lanza a dar “un paso más”.
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