Este es el primer centro islámico existente, en la actualidad en el Centro de la ciudad autónoma. Se trata del Centro Islámico Masyid Almaghfira, en el Paseo de la Marina Española nº 53, una entidad federada a la Unión de Comunidades Islámicas de Ceuta (UCIDCE) que abrió sus puertas el pasado agosto y ya está registrada en el Ministerio de Justicia con el número 023235.
Almaghfira es ahora pionero, pero no ha sido el único en la historia de Ceuta. “En el Centro de Ceuta, hoy por hoy, es el primero. Pero si repasamos los libros, fue donde más centros islámicos había en la Ceuta Califal, no en la Periferia”, señaló Laarbi Maateis, presidente de la UCIDCE antes de recordar algunas de sus ubicaciones: “enfrente del actual Palacio Autonómico; donde está el Parador La Muralla; en la Iglesia de África...”. El propósito de la Federación que encabeza es abrir otros como ya intentó en el Paseo de las Palmeras.
Este oratorio, con capacidad para 180 fieles, responde a la demanda de lugares de culto en este distrito de la ciudad. “La población musulmana también es numerosa en el Centro. Viene muy bien porque así no tienen que trasladarse a ningún otro punto para llevar a cabo el rezo. Máxime cuando tienen que desplazarse con sus hijos para aprender el árabe que es esencial”, indicó Maateis. Este portavoz de la Federación local deseó que los vecinos estén “igual de contentos” que la comunidad porque esta inauguración “no hace más que fomentar la diversidad religiosa y cultural”.
Almaghfira facilitará a sus visitantes cumplir con las cinco oraciones diarias, asistir al sermón del viernes y ofrecer la enseñanza del árabe y la educación islámica a los hijos de los vecinos.
Este bajo de la Segunda Torre de la Marina tuvo con anterioridad un uso muy distinto al actual, ya que fue una cafetería-bar. “Almaghfira significa ‘el Perdón’ porque, como se dedicaba a esta actividad, hemos elegido este nombre. Ante Allah, cualquier obra social tiene recompensa a diario de acuerdo con cada letra que vaya a aprender un alumno y con cada rezo”, expuso este representante de la comunidad musulmana. Un centro que “cuesta mantener”, reconoció el presidente, ante la “falta de ayudas económicas de la Ciudad Autónoma que siempre depositaba una gran confianza en la UCIDCE y esperamos recuperarla”. De momento, las aportaciones voluntarias y los ingresos de los fieles hacen posible el mantenimiento de los centros. No obstante, el local fue donado por sus propietarios, como acredita el contrato aportado por Maateis. Una de las seis donaciones que la Federación ha recibido en los últimos años.
El modelo que sigue este centro de oración es similar al de otras ciudades peninsulares como Madrid, Barcelona o Sevilla. “La mezquita tiene que estar bien equipada, con sus correspondientes servicios, zona de oratorio independiente a la de los hombres y orientada a La Meca contando con la mejor estética porque, al igual que queremos que nuestra casa sea buena, así lo debe ser la casa de Dios”, afirmó antes de puntualizar que “el minarete no es imprescindible”. Su ausencia no implica que deje de ser “mezquita ante Dios” porque él “no ve su altura ni si es de mármol o de barro, solo valora la obra social y el bien que hace el ser humano”.
La junta directiva está compuesta por Abdeselam Mohamed Abdeselam, presidente; el propio Maateis, vicepresidente; Hamido Mohamed Abdeselam, secretario; y Mustafa Abselam Mohamed, tesorero. Su imam, Bilal Belezrak tiene una dilatada trayectoria en otros templos de la ciudad como Abu Bakr y en el Centro Cultural Warsh. “Las personas que traemos tienen carrera, licenciados que cuentan con certificado de idoneidad de Marruecos”, apuntó Maateis.
El presidente de la UCIDCE recordó a sus hermanos de Ceuta que se encuentran en congresos en tres continentes.
“El mejor armamento para combatir el radicalismo y la islamofobia es la educación”
Unos 2.800 alumnos aprenden el árabe y memorizan el Corán en las 55 comunidades que aglutina la UCIDCE. “El mejor armamento para combatir la ignorancia, el radicalismo y la islamofobia es la educación. Este es el motivo de la necesidad de que haya más centros”, argumentó Maateis cuya finalidad es acercarse al “esplendor de aquella época en la que fuimos la quinta potencia mundial en ciencias y sabiduría” con “más de 2.000 personajes” cuya herencia consiste en obras y enciclopedias “que estamos recuperando”.
La UCIDCE ya pidió por escrito al Gobierno autonómico en 2006, 2007 y 2008 una parcela para la construcción de un centro bilingüe con los mismos fines educativos, sobre el cual, nunca recibió respuesta, lamentó. “Creo que el árabe es el mejor instrumento para combatir el fracaso escolar”, aseguró Maateis recordando una conferencia reciente de Casa Árabe en Ceuta; “hablamos del dariya porque es un idioma materno, importante, lo hablamos en casa… Pero si abogamos por esa vía va a ser doble fracaso”.
Por otra parte, Maateis quiso trasladar el mensaje que Sus Majestades los Reyes de España le dieron en la reciente audiencia de la Comisión Islámica de España en el Palacio de la Zarzuela: “Me comunicó el cariño que siente por la población ceutí”.
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