'Zamorita', el nombre con que se conocía futbolísticamente a Luis de Miguel Planas Lázaro, no nació en Ceuta. Llegó a la ciudad siendo un niño. Vino con su madre desde Zaragoza, donde nació.
En Ceuta tenía un tío que se ganaba la vida como sastre trabajando en la Sastrería Abuelo. Desde entonces se han ido afianzado los lazos de Luis de Miguel Planas con nuestra ciudad hasta sentirse ceutí, incluso más que algunos nacidos en esta tierra.
El apodo de 'Zamorita' le viene de su buen hacer bajo los palos. Jugaba como portero y se le comparaba con el gran Ricardo Zamora. Quienes le vieron jugar aseguran que era una auténtico felino. A sus 92 años, esas facultades que tenía en el campo de juego son cosa del pasado. En cambio, conserva intacto su buen talante, su amabilidad y el trato sencillo. Así es quien puede ser considerado uno de los 'abuelos' del deporte local.
–¿Se da cuenta de que es el más veterano de los deportistas de la Ceuta de hoy?
–Es cierto. Y mirando hacia atrás, me doy cuenta de que empecé muy joven. Con 17 años fiché por el Ceuta. Tiene razón, porque de todos los que han practicado algún deporte aquí en Ceuta hoy soy yo el más veterano.
–¿Cuántos años hace que dejó usted el fútbol como jugador?.
–(Se sonríe). Ya hace muchos años que lo dejé, pero como espectador he seguido muchos años más. Ahora mismo, si no voy más al fútbol, es porque con estos años me cuesta trabajo ir al campo.
–Usted fue guardameta ¿Cómo era en ese puesto?
–Es cierto que fui portero, pero de baja estatura, que compensaba con mucha agilidad. Precisamente por la estatura no fiché por algún otro equipo de más categoría. Me vinieron a ver de Sevilla y dijeron: "Es muy bueno, pero es muy chico".
–¿A quién se asemejaba con su manera de jugar?
–Yo me asemejaba a Bustos, portero del Sevilla, que también era muy ágil y muy buen portero.
–¿El portero nace o se va haciendo?
–Yo creo que nace, pero además, poco a poco, se va asentando y se va haciendo, va corrigiendo defectos y así llega hasta donde puede. Es mucho trabajo constantemente y un trabajo muy específico.
–De su época eran Eizaguirre, Ramallets, Carmelo Cedrún y Juanito Alonso ¿Cuál era el mejor de todos? ¿A quién se parecías más?
–El que más me gustaba era Guillermo Eizaguirre y creo que me parecía a él; eso me decían. Pero había una diferencia entre él y yo. Él era muy grande y yo, ya ve, mucho más pequeño. Todos los otros que ha citado eran muy buenos porteros.
–¿En qué equipos jugó usted?
–Primero en el Ceuta. Más tarde fiché por el Atlético de Tetuán, que me cedió al filial el Español de Tetuán. Fuera de aquí estuve un año en el Iliturgi de Andújar.
–¿Cuál fue el delantero más peligroso que tuvo usted enfrente?
–Sin lugar a dudas Araujo, el delantero del Sevilla, que veía puerta desde todos los lados. Era muy peligroso, pero además había otros muchos que hacían gol desde cualquier parte. Entonces se tiraba mucho a puerta, pero Araujo fue el número uno.
–¿Ganó dinero en el fútbol?
–Desgraciadamente, no. Yo gané muy poco. Entonces no se pagaba como ahora. Además de que aquí fichaban un portero de fuera y le pagaban bien. Mientras que a mí, al estar aquí, me pagaban menos. Yo en el Ceuta estuve muchos años, pero gané poco dinero.
–¿Si hoy tuviera 20 ó 25 años, estaría apto para poder jugar en Primera División?
–A mí me perjudicaría mucho la estatura. Por lo demás, no dude de que competiría con cualquiera porque yo tenía rapidez, agilidad. Yo era un portero con muchos reflejos. En mi época no subí más por la estatura. Hoy tendría también dificultades, pero ganas, desde luego, le iba a poner.
–¿Qué tienen hoy los porteros mejor o peor que en su época?
–Es difícil dar una respuesta. Siempre hubo y hay muy buenos porteros que se saben amoldar a los tiempos que viven.
–¿Es necesario un entrenador de porteros específico o basta con un entrenador para todos los componentes de la plantilla?
–Creo que sí es necesario, porque siempre es mejor que haya un preparador exclusivamente para los porteros. En mi época no lo había. Si acaso existiría en el Madrid o en el Barcelona. Entonces, por lo general, un solo entrenador hacía todo.
–¿Por qué no se ha dedicado usted a entrenar?
–Porque no me gustaba mandar. Siempre he preferido que me mandaran a mí. Sinceramente le digo que yo no hubiera sabido mandar.
–¿Qué aconseja a los porteros que quieren llegar a ser alguien en el fútbol?
–Que se dediquen totalmente a esto, que piensen en llegar a ser alguien importante y que se fijen en todos los buenos porteros del momento. Yo tengo un nieto que juega de portero, es muy alto, y todos los días le quiero decir algo, aunque no todo lo que quisiera decirle porque estoy poco con él.
–¿Qué entrenadores de categoría tuvo en tus años de jugador?
–Del que más aprendí fue de Palencia, un sevillano que entrenó al Ceuta y que era muy buen técnico.
–¿En qué ha progresado el fútbol desde que usted jugaba?
–Se ha avanzado mucho en la técnica y en la preparación física, además de que se ha progresado muchísimo en todos los recursos que hay hoy y que no había entonces.
–¿Asiste con frecuencia a Alfonso Murube?
–Ya no, se me hace difícil, es incómodo. No puedo hacer todo lo que yo quisiera. Hasta hace unos años, no me perdía un partido, ahora ya no.
–Finalmente ¿Cuántos partidos ve cada fin de semana en la televisión?
–Todos los que puedo y más. Me disloca ver un partido por televisión, además de que me distrae mucho y el fin de semana lo paso viendo fútbol. Un entretenimiento más, especialmente ahora que hay partidos a todas horas.