La Policía Nacional ha llevado a cabo la Operación Lobo en Algeciras que se ha saldado con la detención de al menos dos personas, vinculadas con la ocultación de hachís procedente de Ceuta en una vivienda que funcionaba como una especie de guardería de la droga. La mercancía llegaba en pequeñas cantidades, transportadas por las llamadas mulas (chocheras y culeros), encargados de protagonizar la ruta del narcotráfico a pequeña escala entre Ceuta y Algeciras, según las informaciones policiales a las que ha podido tener acceso El Faro.
El transporte de la droga se realizaba desde Ceuta por parte de personas que, repartidas en grupos de 10 o 15, viajaban diariamente con cantidades de unos 300 y 1.000 gramos ocultos en sus cavidades genitales. Una vez en Algeciras, la droga se distribuía a diferentes puntos de la península.
La operación ha sido posible después de una profunda investigación de los agentes especializados en la lucha contra el narcotráfico en Algeciras, aunque se ha contado con apoyo e información de componentes de la Jefatura Superior de Policía de Ceuta.
Los agentes comprobaron que eran frecuentes las entradas y salidas de personas. Hace varios días, dos personas salieron de este domicilio de forma sospechosa. Durante el seguimiento, los agentes comprobaron que ambos caminaban sin una dirección concreta y en actitud vigilante. En un momento determinado, cambiaron de dirección y se introdujeron en un locutorio de la zona mostrando una actitud evasiva, por lo que se procedió a la identificación de ambos.
La vivienda en la que intervinieron los agentes funcionaba como una guardería del hachís, en donde se podía albergar, ocultar, preparar y distribuir la mercancía que, en pequeñas cantidades, iba llegando a través de esa red de hombres y mujeres encargadas de su transporte en el interior de sus organismos. Este medio ha tenido constancia de que se han practicado dos detenciones pero no se descarta que pueda haber más, existiendo claras vinculaciones con personas de Ceuta.
Y es que en esa cadena de trasvase continuado de la droga, un eslabón importante se coloca en la ciudad, trampolín para la salida del hachís introducido a su vez por la frontera del Tarajal que separa Ceuta de Marruecos.
Durante la intervención policial desarrollada en un piso de Algeciras se procedió a la incautación de 10 kilos de hachís, encontrada en el interior de la vivienda, de donde se llevaron a al menos dos personas detenidas. Además, se incautaron de casi 6.000 euros en efectivo. Pero la investigación no termina ahí puesto que para la operatividad de esta guardería del hachís es necesario el apoyo de pequeñas infraestructuras delictivas tanto en Ceuta como en la Península.
La presión ejercida sobre las narcolanchas en toda la zona del Campo de Gibraltar, unida a las operaciones antidroga llevadas a cabo por el Greco y la Udyco han derivado en la reactivación de la ruta del pequeño narcotráfico, sostenido en personas que prestan sus cuerpos para trasladar mercancía dentro de los organismos. En algunos casos también lo hacen adosando el hachís al cuerpo, cobrando por ello cantidades que rondan los 600 euros.
El perfil del pasador elegido siempre es el mismo: persona joven, necesitada, que no suele tener antecedentes y que portan cantidades de menos de dos kilos para, en el caso de ser detenidos, no entrar en prisión. Las investigaciones llevadas a cabo por la Policía Nacional en Algeciras llevaron a sostener que había un grupo coordinado que controlaba la entrada del hachís de esta manera, garantizando un abastecimiento constante y permanente que alimenta el negocio del narcotráfico.
Entrada de droga. La vía de suministro de mercancía era constante, garantizada por esa ruta entre Ceuta y Algeciras y protagonizada por hombres y mujeres encargadas de este tráfico a pequeña escala pero permanente.
Intervenida. En el interior de la vivienda que funcionaba a modo de guardería del hachís los agentes hallaron 10 kilos de esta sustancia pero estaba preparada para almacenar mucha más. De momento hay dos personas detenidas.
La línea marítima. La organización se sustentaba en hombres y mujeres encargados de trasladar la droga en pequeñas cantidades desde Ceuta, haciéndolo en el interior de sus organismos. La entrada de mercancía era constante y el punto de descarga era esta vivienda, gestionada por una persona de Ceuta. El enlace era continuado entre nuestra ciudad y Algeciras. La entrada del hachís en Ceuta procede de Marruecos y la salida a través de la línea marítima era directa hacia Algeciras, desde donde se controlaba toda su salida y posterior distribución por los jefes.
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