Jesús que maravilla de persona, lo fuiste todo en mí y con esta
estrofa lo esbozo así,
Muchos años han pasado de tu muerte física, pero no espiritual
ni psíquica, te miro de cerca y tú alrededor, lo que tengo es
bastante amor.
Al mirar como tú eres, me gustas más que las mujeres, porque a
vos adoro muchísimo más que el oro.
Jesús, para mí eres perfecto, en esta poesía lo manifiesto.
Nunca me voy a inhibir contigo, pero tu carisma te hace muy bien
como amigo
Tu dulzura es un omniscio y esa armonía la llevas muy óptima
desde el inicio.
Jesús no pueden culparte de nada porque tienes mucha pulcritud,
con esa gratitud.
Te veo con esa pasión de orar a tu padre y también venerar a tu
madre.
Sólo me gustaría saber quién es mejor: el bendito eterno o el hijo
de dios.
No tengo ningún espejismo, cuando te miro ya no soy el mismo.
Omniscientemente te quiero sin restringir tu mente, cuando
conocí esa ternura sempiterna. Toda tu conducta es muy tierna.