Tienen derecho a formar parte de este sarao. Lameculos, vividores, cortitos chupócteros, tecleadores impulsivos del “guan”, descontextualizadores y antiglobales, pelotas, sumisos y cacoesnifantes. Es una banda que espera le toquen la corneta para demostrar el servilismo, el aspirantazgo a barriga oronda y prostatitis profunda por incontinencia anal. No tienen nombres, se les conoce por sus fidelidades y contínuos “SI” al massa, al repartidor de parabienes, al magnánimo director de orquesta, quien vive controlando a todo bicho viviente que disienta, inseguro, demandando pleitesía, alimentando cuervos que le comerán las entrañas. Se repite la historia y está cantado, son las virtudes del tocar poder y usarlo mal, el encantamiento cupular de las alturas... está cantado y es cuestión de un corto tiempo.
La tela está enmarañada, aparentemente sólida, en un equilibrio falso, interesado e inestable, pues siempre hay quien quiere más. Llegarán los momentos de situarse, los codazos, el cuidado con fulano que sale en la foto más que yo, que se me acaba lo “güeno”, llegarán. Y entonces no se actuará por el proyecto, la ideología, la filantropía, honradez y humanismo, el servir que no servirse; prevalecerá el primero yo y luego también. Quien sea forzado a bajarse de la “década”, bramará, cantará, dolido por no habérsele reconocido lo dado, la generosidad bien pagada, la quina enquistada, pasando de dócil a crítico, inevitablemente volviendo a lo plano, ciudadano de a pié con derecho a integrarse en la normalidad social, donde codearse con tocacojones, adeptos, comprometidos y mirones.
Pero, Maestro, ¿existen estos especímenes glosados?. Cierto es, mi pequeño saltamontes rostrogordero. En mi ya alargada vida, en mis viajes, estancias y “coneixença”, por mi experiencia te digo que existen, desde Cuba a Estambul, concentrándose en predominio ácido en una tal Rusadir, ora Melilla “nada okupada”. Allá campean a sus anchas, estos abanderados de los privilegios, traficantes de influencias, mercaderes de rastrillo, politicastros de fachada, hueros de sentimientos nobles, malversadores, pobres criaturas... pobre, pobre gente.
Y, ¿cómo pueden dormir tranquilos, mirarte a los ojos, pretender que se les quiera y respete?
Todo a su tiempo, haz de buscar y encontrar las respuestas por ti mismo. Cuando seas consciente de tu poder transformador sumándote cual grano de arena a otros muchos; cuando actúes sin ataduras, digas lo que sientes, seas libre... estarás creando las condiciones para el cambio, corrigiendo tanta pobreza mental. Mas no optes nunca por negarles la sal mínima que les permita seguir caminando para algún día poder encontrarse con lo que dejaron de ser, por las circunstancias (¿?).
Si alguien se identifica, se ve reflejado en lo plasmado, sepa que es una situación figurada, nada real, con protagonistas sin nombre, anónimos, que tomaran cuerpo mañana, en vigilia de huelga general, donde unos querrán ganar y otros también, siendo la realidad... veámoslo en el día de “después”.