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Son cinco y su enfermedad les hace invisibles ante los adoptantes
Son nobles y cariñosos, pero también son invisibles a los adoptantes. Y es que están marcados por una enfermedad sin cura: la leishmania. La Protectora de animales acoge a cinco perros con esta dolencia. “Aunque es crónica, con un tratamiento pueden llevar una vida como la de cualquier otro perro”, explica el presidente de la asociación animalista, Javier Blanco.
Cuando la enfermedad se encuentra en un nivel alto se aplica un tratamiento más agresivo en aras de evitar que la leishmania afecte a los órganos internos. “Son inyectables y es algo costoso, pero cuando han bajado los niveles se les da otro tratamiento que está al alcance de cualquier bolsillo y con ello el animal puede llegar a vivir durante años”.
La leishmania la transmite un mosquito después de picar a un perro sano que, previamente, ha picado a otro afectado por esta dolencia. El desconocimiento de la enfermedad es el peor enemigo de estos animales, aunque la forma de prevención es más sencilla de lo que puede parecer. “Con un collar antiparasitario o una pipeta se evita que el perro pueda contraerla. También se recomienda sacar al animal al atardecer que es cuando los mosquitos atacan más”, apunta Blanco.
En la Protectora conviven perfectamente con otros animales, según Blanco. “Tiene su tratamiento y conviven con otros perros que están protegidos para evitar que les traspasen la enfermedad”.
Los cinco perros aquejados por la leishmania en la Protectora viven ajenos a su enfermedad, ya que después de una vida de penurias, ahora sólo quieren demostrar que son capaces de dar todo el amor que llevan dentro y que nadie ha querido recibir. Es por ello que éste es el principal objetivo de la junta directiva de la Protectora: buscarles un hogar, aunque son conscientes de la dificultad que ello entraña. Es uno de los problemas a los que se enfrentan estos voluntarios pero que, día a día, superan con gran fuerza de voluntad y amor hacia los animales.
Dana llegó en un deplorable estado
Dana es un cruce de pastor alemán. Llegó a las dependencias de la Protectora después de tiempo deambulando por la zona de la ‘Curva de las Viudas’. Su estado, entonces, era de lo más deplorable. “Vino con el pelaje fatal, muy delgada, con las patas y los ojos en muy malas condiciones”, recuerda Blanco. Le hicieron la prueba y confirmaron el terrible diagnóstico: Dana era portadora de leishmania. Con el tratamiento actual, la perrita ha mejorado sustancialmente. “Después de dos meses los niveles han bajado mucho, su recuperación ha sido increíble y lleva una vida como la de cualquier otro perro”. De carácter tranquilo y muy cariñosa, ahora todos intentan buscarle un hogar que aprecie las cualidades de este joven animal.
Nicky lleva meses esperando un hogar
La simpatía y carácter afable de Nicky aún no ha despertado en nadie el deseo de adoptarla. Fue trasladada desde la Perrera municipal y después de un tiempo en las dependencias de la Protectora, esta perra de mediano tamaño aún continúa esperando a esa familia que le ofrezca un hogar. “Llegó en muy mal estado, pero ha mejorado mucho con el tratamiento y ahora sólo necesita una pastilla diaria. Además está protegida con el collar y puede llevar una vida normal”. Nicky ha demostrado ser muy cariñosa, como puede comprobar cualquiera que se acerque a ella a ofrecerle una caricia.
Sansón, un “pedazo de pan” de gran tamaño
Sansón es un impresionante doberman que, pese a su aspecto, es “un pedazo de pan”. Fue rescatado de la Perrera en un pésimo estado por la enfermedad y las heridas que presentaba. “La leishmania estaba bastante avanzada y ahora se encuentra en la primera fase para bajar los niveles”. Una vez estabilizado, comenzará la carrera para buscarle un hogar. “Hay asociaciones que tal vez se puedan hacer cargo de él porque al ser considerado perro potencialmente peligroso lo tiene más complicado, pero si alguien lo quiere adoptar en Ceuta nos parecería estupendo porque así podríamos seguir viéndolo”.
Las fuertes lluvias provocaron graves desperfectos en las instalaciones y fue necesaria la implicación de las casas de acogida
Las fuertes lluvias que hace unos días cayeron en nuestra ciudad afectó gravemente a una parte de las dependencias de la Protectora. El techo de la enfermería se derrumbó dejando al descubierto parte de esta zona en la que están acogidos algunos gatos jóvenes así como varias madres con sus pequeñas camadas. Además, la parte que se mantuvo en pie, un techo de chapa muy antiguo, está lleno de goteras que encharcaron las jaulas empapando por completo a los animales. “Se puede decir que casi estaba lloviendo dentro y tuvimos que pedir que se los llevaran en acogida al menos hasta que pasara el temporal”, explica Blanco.
Las consecuencias de esas lluvias han sido fatales para los más pequeños de la Protectora y también para las camadas de gatos que vivían en colonias: muchos de ellos están afectados seriamente por rinotraqueitis, una enfermedad que afecta a las vías respiratorias y que, en el caso de los más pequeños, puede incluso ocasionar la muerte. Uno de los cachorros de perro ha tenido que ser ingresado en una clínica debido al fuerte chaparrón que cayó sobre el patio donde estaba junto con sus hermanos.
Afortunadamente, la respuesta de los animalistas ha sido ejemplar y nueve animales, entre perros y gatos, viven en casas de acogida.
Ahora, la Protectora debe afrontar la reparación de sus dependencias y para ello hace un llamamiento a todo aquel que esté dispuesto a ayudar. “Si alguien sabe cómo colocar un techo le agradeceríamos que pudiera colaborar con nosotros porque con nuestros medios económicos es imposible que podamos cubrir estos gastos”. El llamamiento se hace extensivo a las empresas de construcción “que quieran colaborar donando los materiales necesarios para esta reparación”.