La Unidad Canina de Búsqueda y Rescate de Ceuta es una asociación creada hace dos años por voluntarios amantes de los perros y con formación en actuación ante situaciones de emergencia. Las cámaras de FaroTV han estado en uno de los lugares de entrenamiento del equipo, donde el presidente de la UCAR, Francisco Almenta, nos ha acercado al trabajo de estos profesionales. Almenta ha destacado la gran dedicación del equipo, compuesto por él mismo, su mujer, María del Carmen Cecilio; Santiago Rodríguez, que realiza las acciones del figurante, y Bernardo Useletti. Ellos son los principales, pero no los únicos. “Cierto es que tenemos más voluntarios, incluso alguno de nuestros niños que viene a entrenar con nosotros, pero según disponibilidades”, comenta el presidente.
En este momento cuentan con cuatro perros de raza pastor belga malinois. Esta se caracteriza por ser muy inteligente y activa, con cualidades parecidas a las de un pastor alemán y que aprende con gran facilidad. Además, cuentan con cincuenta millones de células olfativas más que el ser humano. De estos cuatro perros que tienen ahora mismo, tres son hembras. Se llaman Kendra, Hela y África, y uno es macho: Odín. Desde bien pequeños han sido entrenados en disciplinas diferentes, según las características de cada uno. En concreto, tres de ellos se dedican a grandes áreas y estructuras colapsadas, mientras que Hela, la más pequeña, está siendo entrenada para localizar restos biológicos.
El presidente de la UCAR detalla en qué consiste la labor de estos perros según su especialidad. “En grandes áreas, lo que trabajamos son grandes extensiones de terreno en campo abierto. Estructuras colapsadas es algo más específico, enfocado a lo que son terremotos, grandes catástrofes, edificios que han colapsado, que se han venido abajo. Entonces la labor es buscar entre los escombros. Buscan personas vivas, aunque algún fallecido reciente también los suelen marcar los perros de búsqueda de personas vivas. Y la función de Hela será, en un futuro y después de su entrenamiento, buscar personas que ya han fallecido, ya sea por catástrofe o dentro de investigaciones de cuerpos de seguridad”.
El trabajo con estos animales comienza desde que están todavía con la madre, así hasta al menos dos años, que es ya cuando se considera que están al cien por cien para llevarlos a operativos reales, aunque nunca dejan de coger experiencia. Primero se les van enseñando normas básicas de obediencia, cómo sentarse o que se acerque a ti cuando lo llamas, y posteriormente ya se puede empezar a realizar otro tipo de ejercicios, según la especialidad del perro.
En todas estas tareas de rescate, lo más importante para que sean un éxito es una buena coordinación del equipo. “Nos organizamos con un binomio base, que es guía y perro, y siempre va acompañado de un auxiliar, que es el que se hace cargo de las funciones de navegación, gestiones de planos, las transmisiones, las comunicaciones con los puestos de mando, para descargar al guía de todas las labores y para que se dedique única y exclusivamente a estar pendiente del perro, de lo que le marca y de la actitud que tiene en cada momento”, detalla Francisco Almenta.
En una situación de emergencia, la UCAR puede ser avisada tanto por la Ciudad como por la Policía Nacional, o incluso por asociaciones con las que colaboran o realizan simulacros y actividades de formación. El equipo ha destacado algunas entidades a nivel nacional con las que realizan actividades, como K9 Iris, de Cádiz, o SOS Desaparecidos, con la que recientemente han creado un convenio de colaboración. Además, la “activación” del equipo, tal y como se denomina, también puede llegar desde otros puntos de la geografía nacional en los que sea necesaria su ayuda.
Concretamente en Ceuta, la UCAR ha colaborado en dos operativos de la Policía Nacional, tal y como recuerda Almenta. “Aquí en Ceuta, como unidad canina hemos participado en dos búsquedas de dos señores que se perdieron y que finalmente aparecieron, uno en Loma del Pez y otro en el pantano del Infierno”.
Ausencia de recursos
Este tipo de asociaciones requiere de un gran esfuerzo tanto de tiempo como económico para que sigan adelante. Para entrenar a los perros dedican dos o tres días a la semana, cuando es posible. Y en cuanto a gastos, deben costear el precio de los uniformes y el material necesario, el desplazamiento a otras zonas para participar en eventos formativos o labores de emergencia, y todo lo que supone cuidar de estos animales, por lo que también intentan buscar ayuda de entidades y empresas, como el centro veterinario Punta Sur. Además, hasta tuvieron que adquirir una furgoneta y adecuarla para poder transportar animales. “Poco a poco vamos mejorando, vamos intentando conseguir más material, pero muy lentamente”, lamenta el presidente de la unidad.
Los integrantes del equipo de emergencias esperan seguir obteniendo más recursos para poder participar en labores de rescate tanto en Ceuta como en otras partes de la Península, donde sea necesario.