"Yo vengo de fuera-fuera de verdad, mucho más lejos de los que teméis que lleguen a quitaros las mujeres y el trabajo, aunque parece que estabais esperando para apartaros de los que consiguen, que las fresas sólo están buenas si las recogen otros y no hay ni un morito notario...". El humorista y actor andaluz Manu Sánchez (Dos Hermanas, Sevilla, 1985) casi colgó este viernes el cartel de no hay billetes en el Teatro Auditorio del Revellín con 'El Gran Emigrante', su última propuesta para hacer pensar riendo a su fiel público caballa, con el que volverá a encontrarse este sábado a las 20.00 horas en el mismo espacio, igualmente con asientos libres contados.
Tras 'El Rey Solo', 'El Último Santo' y 'El Buen Dictador', sus propuestas anteriores en forma de trilogía sobre el poder, con 'El Gran Emigrante' el sevillano lleva a escena una comedia que mezcla el humor, la sátira política y la crítica social con elementos de la actualidad más candente como la pandemia de la COVID-19 o la controversia que rodea al rey emérito.
Sánchez arranca entre marchas cofrades y el himno de España como un alienígena que pone a los asistentes ante un espejo que a veces le saca los colores y otras le hace reír a carcajadas entre interrogantes sobre las vertientes del fenómeno de la inmigración: "Para supremacista blanco yo, no ET, un mojón con brazos, ni vosotros que no pasáis de color carne de mierda", pincha a los asistentes desde el primer minuto.
¿Choque de culturas o enriquecedor encuentro? ¿Turista o invasor? ¿Posibilidad de negocio o expolio inminente? ¿Ser superior o raza inferior? ¿Colonizador o colonizado? ¿Son de paz o guerra en ciernes? ¿Querido rico o sobrante pobre? Esas y muchas otras son las preguntas que el sevillano obliga al público a realizarse.