Hay a quienes no les hace falta nada más que dos pianos y una voz para ofrecer un grandísimo espectáculo de esos que nunca se olvidan.
Eso sí, todos estos ingredientes hay que saberlos manejar con maestría para crear un momento mágico en el que la música y el teatro se dan la mano. Pasión Vega y el Dúo del Valle desempolvaron auténticas joyas del cancionero de Lorca y piezas del maestro Falla en un espectáculo que tuvo como hilo conductor un baúl del que iban sacando poemas que parecían pedir ser lanzados al aire esperando ser descubiertos. Y Pasión Vega los descubrió con una voz que acompañada por las notas que salían de los pianos de los hermanos del Valle introducían al público en una historia en la que se iban hilando pistas para finalizar descubriendo de quién era el baúl.
Los artistas interpretaron un repertorio de canciones que a pesar del tiempo suenan con frescura en la garganta y los dedos de estos artistas, completado con otras piezas como era el caso de Flor de Estambul.
En una parte del espectáculo 2 pianos con Pasión entró en escena un violinista que con una magistral intervención arrancó un sonoro aplauso de un público que estaba disfrutando de una noche de cultura, con mayúsculas.
Al final del espectáculo, Pasión Vega puso el broche de oro con el tema María se bebe las calles, una de las canciones más importantes de su carrera.
Así, el público ceutí salió ayer del Auditorio del Revellín después de disfrutar de casi dos horas de auténtica música, de dos grandes pianistas y de una de las mejores voces del país, todo ello acompañado de un hilo teatral llevado con la simpatía y excelente interpretación de Pasión Vega y el Dúo del Valle.